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Foncebadón es el punto más alto del Camino de Santiago. Sus 1.430 metros de altura sobre el nivel del mar, en plena frontera entre La Maragatería y El Bierzo, convierten al lugar en uno de los más duros para los peregrinos que se dirigen a Santiago de Compostela.
Durante el invierno la localidad suele cubrirse de nieve y quedar incomunicada. Razón que llevo, poco a poco, a los vecinos del lugar a abandonarlo hasta quedar tan solo la señora María Fernández y su hijo. En el año 1993, cuando todavía los albergues y los nuevos vecinos no habían repoblado el pueblo, María se hizo conocida por enfrentarse a las autoridades civiles y eclesiales que pretendían llevarse las campanas de la espadaña para guardarlas en el Museo de los Caminos.
Ella, quien recibió a la comitiva desde la propia espadaña a golpe piedras y palo en mano, argumentó una verdad del rural: si me quedo sin campanas, ¿cómo aviso al pueblo vecino si hay un incendio?
La señora María, fallecida en 2022, paso a la historia por su arrojo y su defensa del patrimonio rural, un símbolo de resistencia pero también de acogida jacobea a los peregrinos que, de vez en cuando, caían por el pueblo antes de que la peregrinación se pusiera de moda.
La escultora Irene García-Inés Aguado ha querido dejar la impronta de esta heroína para siempre en la espadaña románica a medio derruir. Para ello ha creado una intervención artística que reconstruye la misma (último reducto del Hospital de Peregrinos más antiguo del Camino de Santiago), y la salva del derrumbe. García ha interpretado la espadaña como una pieza de una antigua tessera de hospitalidad que obligaba a acogedor y acogido a un pacto de protección eterno. Así, en la parte reconstruida, hecha con cerámica refractaria de alta temperatura, se podrán leer dos frases en latín y griego: Amar a los extraños/ Deber sagrado de recibir, vestir, proteger y alimentar a un extraño, respectivamente.
Además, una escultura de la señora María «nacerá» del lateral de una campana. «La escultura estará alojada en el lateral del muro de modo que el peregrino se la encuentre de manera intimista», relata la autora quien ha realizado una intervención de 50 metros cuadrados para esta espadaña de ocho metros de altura. «La quería representar como una protectora de la hospitalidad, yo la admiraba mucho como referente de acogida, por su defensa del rural y del patrimonio», ha explicado la artista quien vive en el albergue Ave Fénix de Villafranca del Bierzo.
Esta intervención artística es una obra puesta en marcha por Acción Cultural Española dentro del programa «Xacobeo. Una ruta por los territorios de nuestro imaginario», que tiene como objetivo poner en valor el patrimonio cultural inmaterial del Camino. A través de este proyecto, la entidad ha elegido un lugar de cada comunidad autónoma del trazado francés (dos en Castilla y León). Aunque la parte artística ya está realizada existen problemas económicos y burocráticos que han retrasado la obra y para la cual están buscando ayuda de entes privados para que María quede para siempre al lado de sus campanas, en Foncebadón.
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Fernando Morales y Álex Sánchez
Sara I. Belled y Jorge Marzo
José A. González, Sara I. Belled y Cristina Cándido
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