Cuando el estudio leonés de arquitectos Rodríguez Valbuena comenzó a intervenir, allá por el año 2015, en las ruinas del Monasterio de San Pedro de Eslonza, en el municipio leonés de Gradefes, estaba «absolutamente abandonado». «Era una ruina insertada en el paisaje local, invadida ... por la vegetación y enterrada en sus propios restos», recuerda Andrés Rodríguez, uno de los profesionales de este estudio que ha trabajado en el proyecto.
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Desde entonces ha sido mucho el trabajo empleado en las ruinas del cenobio para «recuperar su traza, su recorrido» con el fin de «entender lo que en su momento fue» y «que la gente pueda verlo en condiciones de seguridad».
Ahora, este obstinado empeño ha tenido su recompensa y es uno de los dos proyectos españoles que han sido galardonados con el Premio Europa Nostra -el otro es el Puente de Deba, en Guizpuzcoa-. Un reconocimiento que tanto a Andrés Rodríguez como a su compañera Susana Valbuena les hace especial ilusión porque «llevamos mucho tiempo luchando por el patrimonio de nuestra tierra», sostienen, recordando que hace tiempo que decidieron marcharse de Madrid e instalarse en su León natal para trabajar.
Destacan, no obstante, que este premio no es un mérito solo suyo, sino que detrás están muchas administraciones implicadas, uno de los motivos que han destacado precisamente desde Hispania Nostra, la asociación impulsora de los reconocimientos junto a la Comisión Europea.
En un comunicado, la citada entidad recuerda que en la financiación del proyecto han estando implicadas varias administraciones, entre ellas, el Ministerio de Fomento, la Junta de Castilla y León, la Diputación privincial y el Ayuntamiento de Gradefes, y se enmarca dentro de un programa más amplio de edificios históricos vinculados a la ruta de peregrinación del Camino de Santiago.
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El Monasterio de San Pedro de Eslonza, que llegó a ser el segundo más importante de la provincia, fue fundado en el año 912 y está ubicado entre los ríos Esla y Porma. El edificio responde a la tipología de los monasterios benedictinos y sufrió varias transformaciones a lo largo de su historia, siendo reconstruido y alcanzando su apogeo en el XVI. Abandonado dos siglos más tarde, ya se encontraba en mal estado cuando fue catalogado como monumento en 1931. Recuerda Andrés que incluso ya calificado como BIC, allá por los años 50, sus fachadas fueron desmontadas y llevadas a la iglesia de San Juan y San Pedro de Renueva, en la capital leonesa.
La rehabilitación en la que han empleado años supone la recuperación del trazado original del inmueble, «la consolidación de sus parámetros, la instalación de apeos de madera en los arcos, la restauración del nivel del suelo original con grava para una mejor circulación y la instalación de una señalización respetuosa con el monumento».
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Hoy, el monasterio, en cuya rehabilitación continúan trabajando, tiene parte visitable y en él programan actividades culturales. Esta es las razones que estos profesionales creen que han tenido 'peso' para que su trabajo sea premiado. «Es un ejemplo de cómo con una intervención humilde, sencilla, se consigue que el patrimonio actúe como dinamizador de una zona».
Así lo expuso también Cecilia Bartoli, presidenta de Europa Nostra, durante la lectura del fallo de estos galardones, a los que se presentaron organizaciones e individuos de 35 países europeos. «Son ejemplos inspiradores que realmente contribuyen a construir una Europa más bella, sostenible e integradora», sostuvo.
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«Se trata de una intervención excelente, mínima y con un diseño de gran calidad en una ruina de importancia arqueológica. Es un ejemplo sólido y equilibrado de cómo acometer la delicada consolidación de una ruina para preservarla y hacer accesible el yacimiento. En toda la intervención en la ruina del Monasterio de San Pedro de Eslonza se utilizaron materiales locales y recursos sostenibles. Algunos detalles, como los soportes de los arcos, están especialmente bien realizados. El proyecto también demuestra el potencial del patrimonio para reforzar las comunidades rurales despobladas a través del desarrollo y, como tal, es un gran ejemplo para sitios similares en Europa«, elogió el jurado de los premios en el fallo.
Los arquitectos responsables se encuentran actualmente inmersos en una nueva fase del proyecto de rehabilitación que se prolongará durante seis meses y con la que la planta del monasterio antiguo «quedará totalmente excavada». De esta manera, sostiene Susana, ya se podrá recorrer por completo en condiciones de seguridad.
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La Fundación Cerezales Antonino y Cinia, medalla de oro al mérito en las Bellas Artes, ofrece este sábado 17 de junio la VII edición de «Secuencias».
Secuencias es un ciclo de composiciones site specific que suenan en lugares concretos e interaccionan con los elementos espaciales.
En este caso, el concierto se desarrollará en el Monasterio de San Pedro de Eslonza, que esta misma semana ha sido reconocido con el premio Europa Nostra, máximo galardón europeo en patrimonio por la rehabilitación realizado por RVArquitectos -Andres Rodríguez y Susana Valbuena.
El compositor Alberto Bernal y el Coro Ángel Barja exploraran la potencialidad sonora de las ruinas.
Una ocasión única en el que las máximas expresiones del arte y la cultura se unen en la difusión y protección del patrimonio.
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