Todo transcurría como un día normal entre los muros de piedra del monasterio románico de San Pedro de las Dueñas, en el municipio de Sahagún. Las monjas acudieron al rezo de 'Vísperas', que se realiza con la puesta del sol, y nada les hacía temer ... lo que estaba ocurriendo en el interior del convento.
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Un grupo de cacos aprovecharon este momento para asaltar el lugar religioso y hacerse con un botín de 4.000 euros, la cantidad que la madre superiora custodiaba en su despacho. «Fueron directos a por el dinero y al arca, tampoco les dio tiempo a mucho más porque las vísperas duran una media hora», narra una de las ocho hermanas que residen en este recinto.
Los sucesos ocurrieron sobre las 19:00 horas de este pasado domingo. Los ladrones lograron forzar las dos cerraduras de la entrada al monasterio y los tres candados que protegían un arca antiguo donde se guardaban esos 4.000 euros. Con dicha cantidad, las madres benedictinas iban a pagar a unos albañiles que habían retejado el techo del convento días atrás.
Según la policía que investiga el caso, los asaltantes tuvieron que recurrir a un punzón para liberar el cofre y hacerse con el botín.
Sor Carmen, una de las ocho monjas que residen en el centro, asegura ahora que se encuentran «un poco asustadas», ya que el Monasterio de San Pedro de las Dueñas «siempre fue muy seguro». De hecho, la hermana bromea: «Siempre pensé que aquí no entraría nadie a robar porque quien entra no sabe salir. Incluso la policía nos lo dijo, que les guíaramos a la puerta porque no sabían volver».
En el convento siempre han sido muy confiadas con la buena fe de los vecinos de San Pedro y decían a dos huéspedes nigerianas que viven allí que no se preocuparan tanto de cerrar todo con llave.
La Guardia Civil investiga ahora un delito catalogado como robo con fuerza y mantiene abieras diligencias para buscar a los culpables.
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Este edificio medieval fue construido a finales del X y principios del XI y se trata de una de las iglesias más representativas del románico mudéjar de la fase preclásico. Se comenzó en piedra y se remató con ladrillo, y el exterior es de planta basilical.
Sobre el presbiterio de la capilla mayor se levanta una torre de ladrillo, de planta cuadrada y sección decreciente. Destaca, además, una colección de capiteles cuyo más famoso se denomina 'de las siete monjas', y la cabecera de la iglesia cuenta con un Cristo de Gregorio Fernández.
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