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En pleno debate sobre las instalación de macroproyectos enérgicos en León, la provincia echa la vista atrás recordando la polémica en torno a la línea de alta tensión Sama-Velilla. El prestigioso abogado, especialista en casos medioambientales Carlos González-Antón. Revive con leonoticas como fueron esos largos años de 'resistencia'.
Este abogado presentó los recursos contra esta línea eléctrica Sama-Velilla que pretendía conectar las centrales térmicas de Sama en Asturías con la de Velilla de Palencia, discurriendo durante casi 124 kilómetros por un total de 19 municipios, 13 de ellos leoneses. «Inicialmente este proyecto atravesaba el corazón del Parque Regional de Picos de Europa generando una respuesta muy importante tanto social como jurídica en que se plantearon recursos que fueron pioneros», apunta Carlos González-Antón.
Durante su tramitación ambiental, el proyecto recibió más de 27.000 alegaciones, originado la creación de diversas plataformas y colectivos que organizaron numerosas manifestaciones en las miles de personas se opusieron a la construcción. Cistierna o Ciñera fueron testigos de la lucha vecinal leonesa dejando para el futuro la capacidad de poder de la sociedad leonesa.
«Aquellos proyectos que tengan una gran resistencia por su impacto ambiental, ubicación o por presión de la sociedad no saldrán y las inversiones se derivaran a proyectos más seguros», detalla este abogado.
Años de lucha y protestas ante un proyecto que cada cierto tiempo volvía a ocupar las portadas de los periódicos con la noticia de su ejecución. Finalmente la crisis y la falta de recursos unido a una apuesta por la energías renovables no jugaron a favor del provecto que entró en el cajón de sastre. Con el desmantelamiento de las centrales térmicas culmina un proyecto en el que se puede decir que la sociedad leonesa logró vencer a las grandes eléctricas a base de ganar tiempo
«Se presentaron alegaciones pero efectivamente los empresarios calculado a medio y largo plazo el proyecto dejó de ser interesante; si hubiera sido interesante y urgente muy probablemente, a pesar de las manifestaciones, se hubiera aprobado», reflexiona González-Antón.
Un proyecto que hasta hace pocos años estaba encima de la semana y de haberse construido a día de hoy estaría obsoleto al cerrar en 2017 ambas centrales. Un hecho que para los expertos desencadena una crítica a la falta de previsión que España en materia energética. «Hay que planificar con tiempo y teniendo muy claro cuanto se necesita, que zonas son más aptas y poniéndose todas las administraciones de acuerdo de acuerdo», apunat este abagado.
Antón tambiñen pide más contundencia a la clase políticia. «Los políticos te dicen que no pueden intervenir en la iniciativa privada pero si que tienen capacidad para aprobar la planificación», explica este abogado.
De nuevo León se ha unido para luchar contra proyectos energéticos que altera el ecosistema de la montaña leonesa, con la experiencia de proyectos como la Sama- Velilla los leoneses esperan ganar tiempo para volver a vencer a las eléctricas. «Nos enganchamos al último bajón para intentar que nuestros recursos naturales y patrimoniales tengan un poco de relevancia y valor pero para eso hay que exigir a las administraciones y a todos nosotros unidad y trabajo hay que hacer las cosas de la forma más eficientemente posible»,afirma Carlos González-Antón.
Ha llovido mucho desde que el proyecto de la Sama Velilla se intentara poner en marcha ahora iniciativas similares vuelven a ser portada en los periódicos y de nuevo la sociedad leonesa juega un papel importante para decidir si estos proyectos terminan igual que la Sama-Velilla.
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