La Robla ve caer otro emblema de su pasado industrial y la chimenea de la térmica ya es historia

Desde niños pequeños hasta personas mayores. Familias completas de abuelos, padres e hijos. «Dos minutos que quedan ya», decía una señora. Y quedaban exactamente esos minutos. Justo a las tres y media de la tarde la chimenea más alta de la central empezaba a caer hacia su derecha en una demolición que ha dejado una gran humareda que no ha tardado en invadir el resto del valle que rodea la Central.

¿La reacción? Un silencio generalizado roto por unos tímidos aplausos, reprochados por algunas personas que se mostraban contrariadas ante lo que acaba de ocurrir a escasos metros.

Naturgy derriba este jueves una de las dos chimeneas de la central térmica situada en la localidad leonesa de La Robla.

Se trata de la más alta de las dos chimeneas de salida de humos existentes en la central térmica, perteneciente al Grupo 2 y con una altura de 200 metros, mientras que todavía queda en pie, aunque no por mucho tiempo, la perteneciente al Grupo 1, que tiene una altura de 120 metros.

El derribo de uno de los dos emblemas aún existentes de la central térmica de La Robla se produce tres meses después de que el 5 de mayo se detonaran las dos torres de refrigeración, de unos cien metros de altura y más de 70 de diámetro y unas 9.000 toneladas de peso cada.

Construida en el año 1970, la central térmica de La Robla fue un proyecto conjunto acometido desde el año 1965 por Hidroeléctrica de Moncabril, Hullera Vasco Leonesa, Endesa y Unión Eléctrica Madrileña. A primeros del mes de septiembre de 1971 se conectó a la red el Grupo 1, con una potencia nominal de 270 megavatios, mientras que el Grupo 2, con una potencia de 350 megavatios, comenzó a funcionar en noviembre de 1984.

Sin embargo, en febrero de 2020, 50 años después, fue la última vez que la central fue requerida por el operador del sistema eléctrico para generar energía, debido a que España se encontraba en máximos de punta de consumo, del entorno de 40.000 megavatios.

Una vez que La Robla se olvide de su pasado y después de que este desaparezca de la estampa, la localidad tendrá que mirar al futuro, tal y como ya hacen Enagás y Naturgy, que trabajarán conjuntamente para impulsar en el entorno de lo que fue una central térmica la mayor planta de hidrógeno de España, con el objetivo de producir hasta aproximadamente 9.000 toneladas al año de hidrógeno renovable, a partir de una planta fotovoltaica de 400 megavatios y un electrolizador de hasta 60 megavatios para cubrir consumo local, inyección a red gasista y posibilitar una futura exportación hacia el noroeste de Europa.