Los regantes leoneses dejan ver en la calle su total rechazo al desembalse de agua hacia Portugal: «Esto se acabó»

«Ministra dimisión» y «No al trasvase», junto con un rotundo «Hasta aquí hemos llegado» o «Esto se acabó» se han dejado escuchar en una multitudinaria marcha que alcanza el centro de la ciudad y que tiene su punto y final ante la subdelegación del Gobierno. Más de 5.000 agricultores y 300 tractores han participado en la protesta según los convocantes (263 tractores y 2.500 personas, según fuentes oficiales).

El centro de León colapsó por momentos, con el tráfico cortado en las principales calles y miles de personas acompañando a la manifestación, lo que dejó 'atrapados' a cientos de conductores.

Los campesinos defienden que ese agua «es suya», mientras que Confederación Hidrográfica del Duero y el Ministerio de Transición Ecológica se remiten al convenio internacional de la Albufeira de 1998. Los regantes consideran que el trasvase de agua solo responde a intereses pecuniarios por parte de las eléctricas, que se sirven de ese agua para producir energía, y que su desembalse pone en peligro la próxima campaña.

Herminio Medina, presidente de la comunidad de Regantes del Páramo y uno de los líderes de la protesta, exige soluciones «inmediatas» al Ministerio de Transición Ecológica y amenaza con llevar a acabo acciones de «fuerza» como acudir a los propios embalses y cerrar el flujo de agua de forma unilateral«.

La protesta ha contado con el apoyo de organizaciones agrarias como Asaja, UCCL, Alianza UGFAL-UPA, UCALE-COAG y también con la participación de UPL y la Asociación de Comunidades de Regantes de la Cuenca del Duero (Ferduero). Una manifestación en la que también han estado presentes cultivadores de Salamanca y Zamora, afectados también por la suelta de agua hacia Portugal de los embalses de Santa Teresa, Irueña y Almendra.

Los regantes de León argumentan que el agua de la que disponen los pantanos provinciales en estos momentos es gracias «al ahorro de los propios agricultores», declaró Herminio Medina, presidente de la comunidad de regantes del Páramo. En este mismo sentido, las agrupaciones agrarias y Ferduero sostienen «que la sequía altera el convenio« y que »lo que no puede ser es que nosotros estemos ahorrando agua para la campaña siguiente y que cuando se acabe la campaña se utilice ese agua para produccir electricidad».

Por su parte, el subdelegado del Gobierno en León, Faustino Sánchez, ya comunicó la semana pasada que el desembalse de agua hacia Portugal «es de obligado cumplimiento» y que se enmarca dentro del 'Convenio Internacional sobre la Cooperación para la protección y el aprovechamiento sostenible de las aguas de las cuencas hidrográficas hispano-portuguesas'. O lo que es lo mismo, que España no puede incumplir un acuerdo internacional, ya que de acuerdo con las declaraciones de los políticos y cargos institucionales «esto supondría un conflicto diplomático con Portugal'.

Eduardo Morán, presidente de la Diputación, en la reunión que mantuvo con los regantes el pasado sábado animó al Gobierno a encontrar una solución que satisfaga a todas las partes y señaló directamente a las eléctricas, a las que acusó pensar únicamente «en su bien particular» y «no ser solidarias con los españoles». En este mismo sentido, instó al Ejecutivo, con el que comparte siglas políticas, a ser más «severos» con estas empresas energéticas.

Entre tanto, los embalses de León se encuentran al 30% de su capacidad y bajando. Los pantano de la provincia registran las peores cifras de las últimas décadas como consecuencia de la sequía. Los agricultores esperaban que el agua embalsada ahorrada sirviera para salvar la campaña del próximo curso, la cual ahora consideran que está «en grave riesgo».