La última llamada ha servido para retrasar una semana más la posible intervención. En el Ayuntamiento no tienen la máquina necesaria para actuar; las asociaciones no cuentan con el traje que se requiere; y la Junta carga con la responsabilidad al propietario de la finca.
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Así llevan varios días en Villasimpliz. El pequeño pueblo de La Pola de Gordón, en pleno corazón de la Montaña Central de León, en el que un enjambre de avispa velutina, especie invasora mucho más agresiva que la autóctona, amenaza a vecinos y apicultores de la zona.
«Las administraciones lo están dejando de lado y ya tuvimos el ejemplo de Asturias y Galicia, donde se les fue de las manos», advierte Mario Castañón, que cuenta con varios colmenares en Rodiezmo, donde teme que la velutina aterrice pronto si no se da coto a este primer enjambre localizado.
El principal peligro del nido localizado en lo alto de un fresno, en el centro de la localidad de Villasimpliz, se encuentra entre la propia población. Las avispas bajan a compartir hoja con las abejas y ya se están localizando en las calles del pueblo. «Tienen mucho más veneno, son mucho más agresivas y una vibración del árbol puede provocar una bomba de relojería», explica este apicultor, que advierte de la posible presencia de otros nidos por la zona. «En Cabornera encontraron avispas en colmenares y puede expandirse mucho más. Es el momento de actuar, hay que cortarlo de forma radical y no lo están haciendo».
Él también teme sufrir la presencia de esta especie invasora en sus paneles. Allí, esta avispa es capaz de generar estrés a la colmena, provocando a las abejas miedo a salir y no acudir al trabajo, lo que provocaría que acaben muriendo de asfixia o de hambre.
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El propietario de la parcela en la que se ha localizado el avispero, Eduardo Pérez, recibió el aviso de los vecinos para informar de la presencia del bolo. Tras recibir la llamada del guarda de Medio Ambiente de La Robla, éste le informó de que la Junta no se haría cargo y que debía ser él, como propietario de la finca, quien lo retirase una vez que muriesen con el frío del invierno. Sin embargo, él tampoco se atreve a retirarlo porque se necesitan trajes especiales de los que no dispone.
Su principal preocupación son los vecinos. «A mí no me molesta ahí, pero tengo miedo que pique a alguien y he leído que ha fallecido gente por este tema». La solución puede llegar desde las asociaciones de apicultores, quienes le han garantizado que pueden quitarlo, siempre y cuando colabore el Ayuntamiento de La Pola y ahí llega el problema. «El Ayuntamiento no recibe respuesta de la Junta y se tiran la pelota el uno al otro sin solución».
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La pedánea de Villasimpliz también ha movido «todos los palos que he podido» y ha recorrido el municipio y hecho diferentes llamadas en búsqueda de soluciones. «En todos los sitios se pasan la pelota unos a otros y nadie da resultado». Para María Ángeles Cañón su gran preocupación es la gente del pueblo, por lo que reclama una actuación urgente.
Los últimos avances llegaron desde el Ayuntamiento, donde confirmaron que con el camión y la pluma municipal no podrán llegar hasta la copa del fresno. Sin embargo, se han comprometido a dar una solución la próxima semana y enviar a alguien que ayude a quitar el avispero invasor que tiene en vilo a la comarca.
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