El prófugo leonés 'Crespo' no quiere volver a la cárcel de Mansilla ante el temor a represalias por su huída

Encapuchado y sin mediar palabra, entró en las dependencias judiciales por una puerta lateral y custodiado por agentes. Dentro permaneció tres horas, hasta las cuatro, pero se acogió a su derecho a no declarar, tal como recoge El Comercio.

A Crespo se le atribuyen tres delitos -un robo con violencia, un robo con fuerza y quebrantamiento de condena- y la jueza sustituta de Infiesto dictó para él una orden de prisión provisional, comunicada y sin fianza. También la Fiscalía había solicitado la prisión provisional comunicada y sin fianza.

El ministerio fiscal le atribuye «un delito de robo con violencia (por la sustracción de un vehículo en León, con el que emprendió su huida, y la agresión a su propietario), robo con fuerza en casa habitada y quebrantamiento de condena». Según explicaron, fundamentaron dicha petición en «la existencia de riesgo de fuga y de reiteración delictiva, ya que tenía antecedentes penales por los tres delitos por los que fue detenido».

Crespo ingresó la pasada tarde en el Centro Penitenciario de Asturias y, según pudo saber este periódico, trasladó a su defensa su voluntad de permanecer en esa cárcel, dado su temor a «represalias» en Mansilla de las Mulas.

Compartió además su deseo de estar junto a su pareja, Elena S., también reclusa de la cárcel leonesa hasta la fuga.

El pasado 26 de octubre, Crespo aprovechó una salida terapéutica para huir con su pareja, que en ese momento se encontraba de permiso penitenciario. Dos días después, tras robarle el coche al octogenario al que agredieron, pusieron rumbo a Asturias.

El vehículo fue localizado la mañana del viernes en Cabranes y el sábado, al saberse en el punto de mira, la pareja huyó hacia Villaviciosa. En la carretera de Amandi fueron localizados por agentes de la Guardia Civil y él logró huir a la carrera por una zona boscosa, pero ella fue detenida.

Según las pesquisas del Instituto Armado, ambos habían estado pernoctando en una vivienda de segunda residencia ubicada en Cabranes, donde se hicieron con ropa y dinero. Crespo, ya solo, se refugió en otra vivienda de Rodiles.

Fue al coger un taxi desde allí hasta Cabranes cuando los agentes pudieron determinar su paradero y, gracias a una minuciosa búsqueda, dieron con él en la tarde del martes bajo el vial de la carretera AS-255, en las inmediaciones de la senda fluvial del río Viacaba. En el momento de la detención portaba un cuchillo de cocina escondido en los pantalones.