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Imagen de Sor Marta en el Monasterio de Santa Cruz. Bárbara Garrote

Prácticas de monja, la innovadora oferta del monasterio de Sahagún

Sor Marta describe en un vídeo cómo serán los cinco días en el Monasterio de Santa Cruz dentro de las prácticas que se ofertan para este verano

Jueves, 16 de mayo 2024

Un monasterio puede ser un lugar al que solo los curiosos se acercan a conocer. Tareas de jardinería, repostería y cosmética que se desconocen en el interior de las grandes puertas que introducen al Monasterio de Santa Cruz ubicado en el municipio de Sahagún.

Pero las redes sociales han sido capaces de conectar la fé con los usuarios cibernéticos. Sor Marta, conocida en redes sociales por crear contenido acercando la iglesia a las pantallas, fue la protagonista, junto a la abadesa del monasterio, de una campaña que se ha viralizado en los últimos días de forma masiva.

Prácticas de monja. Una campaña que promueve mediante redes sociales la participación de las mujeres con un claro trasfondo vocacional que hasta ahora no se habían atrevido a acercarse de esta manera a la fé.

Prácticas de monja en verano

En estas prácticas, ofertadas para la temporada de verano pero repartidas en el tiempo, las candidatas podrán participar en días totalmente normales que forman parte de la vida de las hermanas.

En el vídeo, que ha alcanzado más de un millón de visitas en TikTok en tan solo tres días, se invitaba a participar a todas las jóvenes que se planteasen la llamada del señor a la vida consagrada. Una experiencia para chicas «vocacionadas» que se dividirá en diversas fechas en función a la disponibilidad de las interesadas.

Cinco días de jornadas de oración y también parte del camino de Santiago. El llamamiento para despejar dudas vocacionales ha generado una llegada masiva de correos que, en menos de tres días, han superado la suma total de la temporada anterior. Algo que ha sorprendido no solo a las monjas benedictinas, sino también, a todos los usuarios de la red.

Las redes sociales y la fé

Sor Marta llegó al monasterio hace 10 años. «Cuando entré aquí yo tenía mis propias redes sociales que ahora están al servicio de la comunidad», indica. Una realidad con la que asegura haber vivido siempre y la cual define como «necesaria» para conectar con el mundo.

La idea de acercar la Iglesia y dejar abiertas las puertas a que otras jóvenes conozcan su función tanto en la oración como en el trabajo les llevó a crear su propio canal de Youtube en 2019 que ya reúne más de 20.000 seguidores.

En este monasterio, son siete las hermanas que diariamente se encargan de todas las tareas; un número que en verano puede llegar a triplicarse debido a la cantidad de solicitudes que han llegado. «Llevamos años realizando estas prácticas, pero antes lo publicamos en formato de imagen», asegura. Fue ya en 2023 cuando la idea del formato de video llegó a su monasterio. En ese año se recibieron más de 60 solicitudes, un récord que creían insuperable y el cuál se ha alcanzado en menos de 72 horas.

Plazas y tiempo de recepción

Con tres plazas en el monasterio, Sor Marta asegura que no habrá problema en el reparto ya que son varios días y por lo tanto, la oferta es amplia para ajustar que todas las interesadas con vocación puedas participar.

El primer contacto se establece mediante un mail que las mismas hermanas contestan lo antes posible, a partir de ahí se establece una videollamada para poner desvirtualizar a las interesadas. «Es muy importante conectar a través de la pantalla», indica. Un previo contacto previo a la llegada de las hermanas.

Las solicitudes han llegado desde todos los puntos del país pero también de países hispanohablantes. Un proceso que se complica debido a que la estancia prefieren que sea superior y que al menos abarque un mes para que el traslado les salga rentable a las interesadas.

Una respuesta libre y sin presiones

El proceso tras estos días se vuelve totalmente libre.»El ritmo es personal y nosotras no intervenimos en decisiones propias», añade. Una decisión que cambia el futuro y el camino y en la cual, son muchos los años de dedicación previa antes de poder denominarse como monja y por ello, debe de ser una decisión firme y definitiva que no se tome en poco tiempo.

El proceso total para ser monja tiene una duración total de 9 años. La toma de contacto denominada como aspirantado se realiza cuando la candidata está fuera, comienza con prácticas y con visitas al monasterio en el que puede ir conociendo la fé de cerca pero, según explica la hermana benedictina, sigue haciendo su vida normal hasta que decida que quiere que esa sea su nueva vida.

Una segunda «fase» sería el postulado. En esta etapa, que dura entre un año y dos, se tomaría el hábito con el velo blanco. A continuación, el noviciado, con una duración de dos años, que acerca más a la interesada a la comunidad y va fortaleciendo su vínculo con esta de forma más espiritual y a nivel vocacional. Tras este paso llegan los primeros votos temporales con la profesión solemne. Una nueva realidad en la que todo comienza a ser diferente.

La rutina dentro del convento

Las monjas del Monasterio de Santa Cruz comienzan su día a las 6:20 horas. Cuarenta minutos después llega su primer rezo, denominado como Maitines. Un gran paquete de oración que va seguido del desayuno y un espacio para hacer música, estudio, huerta o diversas actividades individuales. Una nueva reunión conjunta llega más tarde en el coro de la iglesia para rezar que va seguido de la comida y un espacio para descansar.

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El rosario, a continuación, se realiza por la tarde paseando por los claustros o la realización de empaquetamiento de dulces. Un nuevo espacio para el descanso llega antes de la lectura espiritual de las 18:00 horas denominada como una de los pilares. Cantos de vísperas a las 19:00 horas como el gran rezo de la tarde seguido de un momento de oración personal. La hora de cenar llega a las 20:00 horas que finaliza con un momento de reunión denominado como recreo con el que se completa finalmente el día tras el último rezo.

Una nueva rutina que reunirá a decenas de candidatas los próximos meses del verano.

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