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Castillete del pozo María en Caboalles de Abajo. María Fernández

El pozo María quiere contar su historia

De gran importancia en la historia de la minería de la provincia de León, el pozo María fue desde el que se llevaron a cabo varias luchas mineras y desde el que hoy se trabaja para que se convierta en testigo directo de la historia

I. Santos

Caboalles de Abajo

Domingo, 11 de junio 2023, 09:11

El castillete del pozo María sigue vigilando el valle de Laciana y, en concreto, la localidad de Caboalles de Abajo muy de cerca. La unión de los hijos del carbón con un símbolo de su pasado y ojalá que de su futuro sigue siendo muy fuerte. Las instalaciones se han recuperado y ya son de la Junta de Castilla y León, pero aún queda mucho por hacer. El pozo María se debe convertir en un vestigio de historia de Laciana, de la mina, los mineros y también de la historia de la provincia. Porque no se puede negar que desde allí abajo se escribió con negro carbón gran parte de la historia de León.

Hay que remontarse hasta los primeros años del siglo XX para ver nacer el pozo María. Fue la primera concesión minera de Caboalles y estaba impulsada por Gorgonio Torre que puso a la empresa el nombre de su madre. Se explotó el yacimiento en sus inicios como un pozo plano y pronto, el grupo fue arrendado a una compañía inglesa que en 1918 se hizo cargo del lugar.

Dos años más tarde, Gorgonio Torre decide vender el pozo a la Minero Siderúrgica de Ponferrada quien le da un impulso al lugar con una etapa de gran expansión y crecimiento que se aprovechó de la demanda tras la Guerra Mundial. Fueron unos momentos de gran crecimiento en la provincia y donde el carbón marcaba el ritmo de una vida próspera, con ello y para dar salida al carbón de la cuenca de Villablino y Fabero se construyó el Ponfeblino.

El paso a la verticalidad y la prosperidad

Unas años más tarde, ya en 1952 el pozo se convierte en una mina vertical y para hacer el proyecto viable se alza, en el mismo lugar desde el que hoy vigila, el castillete del pozo María. También se crean unas instalaciones auxiliares con la casa de aseos, la sala de máquinas, las oficinas y la lampistería. Todo un complejo minero que hizo del lugar una comarca próspera y con futuro.

Pero en la mina no se puede confiar, quienes cada día bajaban en la jaula a las profundidades de la tierra sabían que lo hacían desafiando a la muerte. El 17 de octubre de 1979 es una fecha marcada con rojo sangre en el corazón de los lacianiegos, uno de los peores accidentes de la minería de la provincia segó la vida de diez mineros.

Los hechos que marcaron a la comarca

Una fuerte explosión en la galería 13 y un derrumbre, a 150 metros de profundidad. Nadie quedó quieto, todos intentaron lograr lo que, desde un primer momento, fue imposible. Más de 2.000 mineros unieron fuerzas, valor y coraje para intentar sacar con vida a sus compañeros sepultados. Algo que fue imposible. La dificultad del rescate quedó patente tras más de 48 horas para lograr sacar de la mina los cuerpos, ya sin vida, de los diez mineros muertos en el pozo María.

La fuerza de la mina no se apagó ahí, pero todo por el valor de quienes cada día siguieron luchando y plantando cara a la muerte. Duras jornadas y una crisis que no se pudo evitar. En 1992 se escribió en Caboalles otro de los hitos de la minería, a nivel comarcal, provincial y nacional. Los trabajadores del pozo María promovieron la primera Marcha Negra por la lucha de su futuro. Medio millar de mineros leoneses y asturianos partieron en dirección a la capital, porque ahí era donde tenían que ser escuchados. Una manifestación que marchó durante días y en la que el aliento de todos los que les veían por las carreteras culminó en Madrid con la unión de 15.000 gargantas más pidiendo futuro para las cuencas. Un futuro que nunca llegó.

Historia viva, un futuro por contar

No fue la única lucha que se fraguó desde Caboalles para intentar salvar la minería. Siete años más tarde de esa marcha, cinco trabajadores del pozo María se encerraron a 300 metros de profundidad en protesta por la caducidad del convenio laboral y las condiciones de seguridad del Feixolín. Fue uno de los encierros más largos de la minería española y duró 65 días.

El pozo María lucha ahora, pero sin mineros que lo empujen, por convertirse en el Archivo Histórico de la vida de la comarca. Muchas historias por contar, mucha vida creada y también arrancada, porque la mina la da y la quita con la misma fuerza.

El pozo María cerró el 27 de septiembre del año 2000 y ahora espera el momento para abrir reconvertido en esa madre que recuerda el pasado que explica el presente y enorgullece el futuro.

El pozo María y su futuro

En noviembre de 2020, se hizo efectiva la adquisición del Pozo María por parte de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León por un importe de 70.000 euros. Junto a ello, un proyecto de adecuación y diversos recursos por un importe de más de 100.000 euros para poner a disposición del Ayuntamiento de Villablino las instalaciones y con el fin de contribuir a la dinamización turística y económica, así como la generación de empleo del valle de Laciana, a través del patrimonio cultural y minero. En diciembre de 2021, el Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León autorizó la concesión de una aportación dineraria de 420.000 euros a la Fundación Patrimonio Natural para financiar el proyecto de rehabilitación del 'Pozo María' para Archivo Histórico de las Familias Mineras en la localidad de Caboalles de Abajo, perteneciente al municipio de Villablino, en la provincia de León. El objetivo es convertir el enclave en un centro cultural y educativo que rinda homenaje a los trabajadores mineros y a sus familias.

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