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Omaña está ya un poco más cerca del espacio gracias a Pablo Álvarez y es que este viernes el joven astronauta leonés ha sido reconocido como hijo adoptivo de Riello en un acto cargado de emoción para uno de sus ya paisanos más ilustres.
Álvarez ha vuelto a las calles que le vieron crecer durante los veranos que pasó con su familia en la comarca de Omaña. Primero, acercándose hasta la escuela donde los niños no dudaron en preguntarle sobre el espacio. Allí, Pablo reconoció que cuándo más disfruta es con los niños «porque son mucho más espontáneos y preguntan las cosas que los mayores no se atreven». Visitas que Pablo ve «muy importantes» para crear referentes y «que vean como un ejemplo de hasta dónde se puede llegar estudiando una carrera científica. Es importante crear vocaciones desde tan pequeñitos».
Una visita que dio paso al acto institucional en el salón de plenos del Ayuntamiento dónde Álvarez firmó en el libro de honor y dónde estuvo acompañado del alcalde de la localidad, Manuel Rodríguez, el subdelegado del Gobierno en León, Faustino Sánchez, la delegada territorial de la Junta de Castilla y León, Ester Muñoz, diputados provinciales, autoridades civiles y militares y los presidentes de las juntas vecinales del municipio.
Un salón de plenos que se quedó pequeño para recibir al astronauta leonés que recogió el diploma y la medalla de hijo adoptivo en una iglesia abarrotada y dónde recordó sus veranos en un municipio «en el que he disfrutado de la belleza natural, la cultura y sobre todo sus cielos despejados donde sin contaminación lumínica, sin duda, di el primer paso en esas noches de verano para acabar donde estoy hoy y en esta carrera tan larga que me han convertido en astronauta».
En su discurso, Álvarez aseguró que le gustaría trabajar para mejorar la vida de las personas de Omaña, preservar la belleza natural, la cultura y en la medida de sus posibilidades «ayudar a promover el desarrollo sostenible, fomentar la economía local y permitir que generaciones futuras puedan disfrutar también de esta tierra».
Se comprometía así, a llevar el nombre de Omaña por todo el Universo.
El alcalde de la localidad también quiso felicitar la labor de Álvarez con el máximo honor que puede concederse por parte de un Ayuntamiento por su valía, «nadie ha dado tanto prestigio a esta tierra como tú, Pablo. Has demostrado al mundo entero que con dedicación y trabajo sereno se pueden alcanzar las más altas cotas y este es el espejo en el que tenéis que miraros vosotros». Un mensaje que lanzaba a las futuras generaciones y jóvenes allí presentes y que recogió la delegada de la Junta, Ester Muñoz, quién quiso poner en valor el sacrificio y el esfuerzo que conlleva lograr un hito tan importante como es el llegar a ser astronauta.
«Yo quiero hablar de todos esos momentos en los que te frustrabas y tu familia te apoyaba para que siguieras y te levantaba cuando te caías. Sin duda, hoy no estarías aquí sin cada uno de esos momentos. Los éxitos se construyen con cada uno de los fracasos que hemos tenido y nos hemos levantado una y otra vez», aseguró.
Un reconocimiento que sin duda, ni Pablo, ni su familia, ni Omaña olvidarán porque ya está marcado en el firmamento leonés.
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Abel Verano, Lidia Carvajal y Lidia Carvajal
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
José A. González y Álex Sánchez
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