%20-%20copia-kq3D-U22012186059863TG-1200x840@Leonoticias.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Lo que hace 50, 60 o 70 años era lo habitual, es ahora una rara avis. Dice Marcos Sahelices, albañil y vecino de Villaverde de Sandoval, que si recorremos toda Europa no encontraremos a tres como él, y razón no le falta. Marcos es de los pocos que todavía optan por la nostalgia y se animan a seguir construyendo a la antigua haciendo uso del adobe para levantar una pequeña construcción en su pueblo.
Lo que empezó en junio como un proyecto personal tiene ya forma y, a la espera de rematarlo con un cerramiento, su estructura ya se intuye. Algo más de 30 metros cuadrados conforman la construcción que Marcos ha realizado como «un capricho» y que ha ocupado sus días de verano.
Con forma de pentágono, la fachada de la puerta se lucirá con trulla de paja. Más de 2.000 bloques de adobe consolidan la construcción, ladrillos que, uno a uno, Marcos ha creado y colocado como siempre se hizo, a mano. Reconoce que es un amante de la técnica y que la controla, porque la sigue utilizando para arreglar pajares y otras estructuras propias de León que en su día se hicieron de adobe, pero que cada vez son menos las personas que saben cómo hacer estas piezas.
«Hay que coger tierra cribada, yo en este caso tengo de dos clases para tener dos colores, y hacer la mezcla de barro y paja, que es donde está la clave para que quede bien», explica Marcos por teléfono mientras sigue trabajando en su proyecto más personal. Una vez se consigue la mezcla, el siguiente paso es verterla en un molde en forma de ladrillo y dejarla reposar al menos 24 horas para después secarla al sol. «En unos cinco o seis días, dependiendo del calor y el sol que haga, se seca y queda el bloque listo para colocarse como si fuera un ladrillo».
Adobe a la vieja usanzaVer 11 fotos
Más de 2.000 bloques de adobe forman la construcción que ha levantado en Villaverde de Sandoval, un trabajo de horas, días, semanas y meses para elaborar el ladrillo y colocarlos uno a uno. El mayor reto, los marcos de las ventanas, y el siguiente paso y antes de que llegue el otoño, tener todo cubierto. «Es un trabajo de verdad porque el barro es pesado», apunta el albañil.
Cada vez es menos común ver esta técnica extendida por todo el mundo desde el Antiguo Egipto y tan propia de regiones y zonas secas de España, por lo que el trabajo de Marcos es un regalo para los ojos de los amantes de la arquitectura. Con la llegada de nuevas técnicas y materiales como el ladrillo, el hormigón y el abaratamiento de los precios el adobe comenzó a entrar en desuso, y hoy día es muy poco frecuente ver cómo se elaboran las piezas y se levantan construcciones a la vieja usanza. «Recorres toda Europa y no encuentras tres como yo, porque esto ya no se utiliza mucho», concluye Marcos.
El adobe, para el albañil, no se puede comparar con nada. «Una construcción de tierra no tiene nada que ver con otras, el frescor que da en verano... no se compara con nada», asegura, al tiempo que reconoce que «no tiene misterio pero sí mucho trabajo, y ya hay poca gente que lo siga haciendo».
Publicidad
Fernando Morales y Álex Sánchez
Sara I. Belled y Jorge Marzo
José A. González, Sara I. Belled y Cristina Cándido
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.