Y el Montrondo Club de Fútbol se convirtió en realidad

No fue un día cualquiera en el pequeño pueblo omañés de Montrondo. Este Santa Marta será recordado por los diez vecinos que habitan durante todo el año en la localidad y por las decenas que se acercaron para disfrutar de un día único.

El Montrondo Club de Fútbol ya es una realidad. La primera convocatoria fue todo un éxito de participación y contó con más de medio centenar de personas que acudieron ataviadas con la camiseta de rayas.

La idea de crear un equipo imaginario para que los niños que visitan el pueblo en verano empiecen a sentir los colores de Montrondo tomó forma tras la misa y el vermú que ya son tradición.

A las 5 de la tarde, y durante la reunión para hacer juegos tradicionales con los más pequeños, llegó el momento de la foto de familia. «Había mucha ilusión y los niños estaban supercontentos. Algunos ya llevaban todo el día con la camiseta», apunta Carmelo Escudero, uno de los que han participado en la creación del equipo.

Decenas de personas posaron con la indumentaria que incluía el escudo -creado con una mezcla del de la Cultural y la Ponferradina- y Montrondo volvió a inmortalizar un momento único. «Hacía mucho tiempo que no nos hacíamos una foto todo el pueblo», reconocían. Entre ellos se encontraba el pedáneo Carlos Calzada.

Los primeros toques de balón se dieron en el particular estadio con el que cuenta este pueblo de Murias de Paredes. Lleva por nombre 'El Campo', como no podía ser de otra manera, y se ubica «en el segundo pilo saliendo del pueblo hacia la montaña». Se trata de una zona verde en la que se han puesto dos porterías. «A los niños les gusta mucho jugar ahí al fútbol y ahora que usen las camisetas», apuntan los promotores.

Luego hubo tiempo para la verbena a la que muchos aún acudieron con la nueva camisola que los niños ya lucen en las pachangas.

Y lanzan el balón al tejado del pueblo vecino, a los de la capital, en Murias de Paredes, que se sitúa a 1,6 kilómetros de Montrondo. Quieren que se animen, que sigan sus pasos y que de un club imaginario crezca una idea para tener un rival con el que celebrar el derbi de las Omañas.

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