La Feriona de Villablino regresó a la normalidad tras más de dos años sin poder celebrarse en su plenitud debido a las restricciones sanitarias asociadas a la crisis del coronavirus. Miles de personas acudieron durante la jornada de este miércoles, aprovechando la festividad del Pilar, hasta el recinto donde se ubicaban los más de 550 puestos que este año componían el evento.
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Lo que nació como una feria de ganado al uso se ha ido transformando hasta convertirse en un punto de encuentro de vecinos de la comarca de la Laciana y alrededores, así como una jornada festiva en la que adquirir productos de los numerosos puestos y disfrutar de todo tipo de comida, especialmente si hablamos de pulpo.
Ropa, herramientas, antigüedades, ajos, pimentón, repostería, empanadas, repostería tradicional y pulpo, mucho pulpo. Todo esto y mucho más se encontraron las miles de personas que se pasaron por la Feriona de Villablino.
Las avenida del Bierzo, de Constantino Gancedo y las calles colindantes fueron el escenario en el que se han distribuido más de medio millar de estands; 550 para ser exactos. Asimismo, este zoco abigarrado contó con medio centenar de animales que recordaban la génesis de lo que un día fue tan solo un encuentro de ganado más.
La Feriona florece de nuevo, reviviendo sus días grandes, dejando atrás las limitaciones derivadas de la crisis sanitaria del COVID-19.
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