Cea luce el ramo para cumplir su pacto con la historia

La singular celebración se remonta a un escrito de 1537 a favor de la villa de Cea donde se establece, a cambio del donativo, que se celebre en esta fecha la boda de la Virgen María.

Como recoge un documento publicado en la web de la Diputación de León y recogido de un libro de actas de la Junta Vecinal de Cea, en la villa a 17 de enero de 1950, se establecieron las bases de la celebración de la fiesta de Las Candelas.

Así, se acordó que la celebración comenzaría cada año el día de Santa Brígida por la tarde y los quintos de cada año serían los encargados de portar el ramo, cantar y adornarlo, siendo el quinto de mayor edad el que haría las veces de rey.

«Las Candelas o boda de la Virgen María constituye una celebración de arraigo popular y antigüedad acreditada», reza la institución provincial. La originalidad en este acontecimiento radica, según la Junta Vecinal, en una doble vertiente: por un lado el suceso que motiva esta celebración, apenas común en otras fiestas provinciales; y el manejo del ramo, portado por los quintos de la villa.

Es precisamente el ramo uno de los objetos más sagrados de la villa, y consta de una rama de encina a la que se da forma de árbol y se adorna con flores de papel, dulces y velas.

Como se explica en la página de la Diputación, el ramo se encuentra en la casa de la Reina Mayor del año, y allí es recogido por los mozos que lo ofrecerán en la iglesia, con dos tortolillas en representación de la purificación de la Virgen María.

Otros investigadores aseguran que la institución de la fiesta de Las Candelas el 2 de febrero -atribuida al papa Gelasio- fue un complemento del Imboloc, una fiesta céltica en honor de la luz y la fertilidad y que el cristianismo buscó reconvertir. Asimismo, la fiesta de Las Candelas está considerada como uno de los antecedentes del Carnaval.

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