Molino del Junquillo.

Val de San Lorenzo adquiere el molino del Junquillo con el fin de ampliar su oferta turística

La Junta Vecinal del Val de San Lorenzo pretende salvar esta valiosa edificación de la ruina y ampliar con ello su oferta turística y cultural

Leonoticias

León

Viernes, 4 de diciembre 2020, 13:43

Si recientemente el Ayuntamiento de la localidad maragata compraba un aledaño del museo 'La Comunal' con el fin de ampliarlo, esta vez es la junta vecinal la que toma el relevo. Con esta iniciativa, la entidad local menor de Val de San Lorenzo pretende proteger ... y poner en valor una muestra del patrimonio histórico local y convertir el antiguo molino en un espacio museístico de carácter público donde todo el mundo pueda conocer de primera mano el complejo sistema de la molienda. Además, con ello pretenden complementar y enriquecer la oferta turística y cultural del pueblo, orientada hasta ahora fundamentalmente a su tradicional industria textil. De esta forma, la junta vecinal ha invertido 10.000 euros para adquirir el conjunto integrado por el molino, la vivienda del molinero y unas antiguas cuadras anexas.

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Ubicado en la pradera del Junquillo, el inmueble, se levanta sobre la «Zaya de los Molinos» principal canal hidráulico del valle del río Turienzo y sus orígenes se remontan al siglo XVIII, época en la que la localidad valense llegó a tener hasta 16 molinos. En la actualidad sin embargo, tan solo sobreviven cuatro.

Abel Lobato, uno de los promotores de la restauración del molino apunta: «después de décadas de desinterés público por conservar el enorme patrimonio hidráulico que existió en el Val, no podemos permitir que nuestro pueblo pierda uno de sus monumentos más importantes, emblema de la tradición molinera en toda la Maragatería y un pedazo de nuestra historia».

Lobato, historiador del Arte, destaca algunos de los aspectos que hacen de este molino una construcción única que lo convertirían en una opción turística y patrimonial diferente a las hasta ahora ofrecidas en la localidad:

Por un lado, su valor histórico, ya que es el más antiguo de la población maragata y el único que trabajó el aceite de linaza en la comarca. Por otro lado, representa el reciente pasado harinero de la localidad, pues siguió funcionando hasta finales de los años 80 del pasado siglo. Además, destaca el valor etnográfico y cultural, ya que se conserva casi intacta su valiosa maquinaria y en cuanto a su estructura, destacan detalles como el suelo empedrado del zaguán o el enfoscado tradicional de la fachada, donde aparece el grabado en una enigmática mano.

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