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R. Fariñas | Ical
León
Lunes, 9 de abril 2018, 12:25
La Audiencia Provincial de León ha acogido la primera sesión del juicio por el asesinato de una nonagenaria en el Burgo Ranero, el 9 de noviembre de 2014.
El acusado, que ya había confesado los hechos, ha aceptado preguntas de las partes y ha reconocido los hechos ocurridos en aquella madrugada. «Pido disculpas a la familia y me declaro culpable del delito».
El autor del crimen ha explicado que «en ningún momento tenía intención de hacer daño a María». Además, ha mantenido que en todo momento trató de colaborar con la justicia, y tiene «una laguna» en cuanto al incendio de la vivienda.
En esta primera vista oral, A.M.M. ha reiterado que tiene problemas psicológicos, que se encontraba en tratamiento con antidepresivos y que ese mismo día había consumido alcohol, cocaína, pastillas y marihuana.
A ello ha hecho referencia la defensa para reclamar un eximente o atenuante de la pena que incluye un delito de asesinato y el robo e incendio de la vivienda asaltada aquella noche.
También han testificado varios agentes de la Guardia Civil que estuvieron presentes en el lugar de los hechos y levantaros las diligencias oportunas por dicho suceso. Todos ellos confirmaron la secuencia y reconocieron que la hermana del acusado llamó para solicitar presencia policial. Una vez en la casa del asesino, éste confesó los hechos.
Algunos de los hijos de la víctima han prestado declaración y han reiterado que reclaman las indemnizaciones oportunas, tanto por el fallecimiento de su madre como por los daños causados en la vivienda del Burgo Ranero.
La petición de la fiscalía se rebajará, según la acusación, hasta los 17 años por el asesinato y tres más por el robo e incendio. La acusación mantendrá la máxima condena, 20 años por la alevosía y premeditación de la muerte y tres más por el otro delito. Y, por último, la defensa solicita la eximente por ingesta de drogas y alcohol, además de la confesión y haber facilitado la labor a la justicia, por lo que esperan la menor pena posible.
«No tenía intención de hacer daño a doña María», manifestó antes de reconocer sentirse «nervioso al recordarlo todo» e insistió en que no se acuerda de si provocó el incendio de la casa, que se habría iniciado en la cama donde yacía la víctima, para intentar borrar posibles pruebas de lo ocurrido.
La fallecida presentaba varios golpes en la cabeza, que le habría propinado con un objeto que en principio declaró que era de madera pero luego dijo que podría tratarse de una linterna que apareció en el lugar. Para acceder a la vivienda el acusado tuvo que saltar dos muros, uno de bloques y otro de ladrillos y rompió una ventana de la casa para poder entrar.
Alejandro M. recalcó que no recuerda con qué la golpeó y si quemó la cama -supuesto punto de origen del fuego- o si abrió las llaves del gas, que un familiar de la víctima encontró abiertas al llegar al domicilio. La hermana del acusado fue la que horas después del suceso llamó a la Guardia Civil para que acudiera a su casa, donde acompañado de su madre, confesó haber matado a María y fue detenido.
En la sesión celebrada en la Audiencia Provincial de León prestaron testimonio varios guardias civiles, entre ellos, uno que vio a madre e hijo «nerviosos y abrazados» justo antes de la confesión y otros que inspeccionaron el inmueble donde se produjo el asesinato. Este martes declararán varios peritos.
La defensa planteará que se le aplique una eximente por el consumo de drogas mientras que la acusación particular prevé mantener su petición de 20 años de cárcel por el asesinato y tres más por el incendio y el supuesto intento de robo. La Fiscalía podría rebajar algo esa petición.
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