Igor Postolache, asesino de Erika, se quita la vida en la prisión de León

El varón apareció ahorcado en una celda de ingresos de la prisión de Mansilla de las Mulas. Y es que, Postolache iba a ser trasladado a otro Centro Penitenciario, de la comunidad gallega, a lo largo de esta jornada.

El moldavo llegó a la prisión de León tras la aprobación de su traslado en abril del pasado año, en silencio, tumbado en la cama las 24 horas, el acusado de matar a la joven de 14 años Erika Yunga en Oviedo, sembró siempre una enorme inquietud entre quienes le vigilaban.

Igor, 1'75 metros, rubio, rapado, ojos azules y complexión atlética, vivía en su micromundo en una celda habilitada para ser vigilado las 24 horas, debido a un protocolo de prevención del suicidio. Su rutina se reducía a un micromundo de diez metros cuadrados y a un cristal que permitía a su 'interno sombra' observar sus pasos.Apenas interactua pese a que este moldavo hablaba con fluidez el castellano.

Igor Postolache reconoció «haber matado con ensañamiento y alevosía» a la niña de 14 años y aceptó la petición de condena de la Fiscalía del Principado de Asturias y la acusación de prisión permanente revisable, según informó el Ministerio Público tras la vista celebrada en abril de este año en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial. Además, por ese segundo delito, la agresión sexual, asumió una pena de doce años y seis meses de prisión, dos y medio menos de lo que se le reclamaba inicialmente aplicando la ley de 'sólo sí es sí'.

El caso quedó visto para sentencia. El asesino, en la cárcel de Mansilla de las Mulas desde su detención, se quitó la vida en la celda de ingresos este miércoles cuando iba a ser trasladado a otro centro penitenciario. Una vez cumplida la pena privativa de libertad, se impondría al acusado la pena de libertad vigilada durante diez años, con la obligación de estar siempre localizable mediante aparatos electrónicos.