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La Junta Vecinal de Huerga de Garaballes, localidad perteneciente al municipio de Soto de la Vega, en la provincia de León, ha alzado la voz ante lo que consideran una situación «crítica» para el patrimonio local. El deterioro progresivo de la iglesia del pueblo, un edificio del siglo XVI considerado uno de los más importantes de la diócesis, ha llevado al «límite» la situación.
Andrés Vecillas García, alcalde pedáneo de la Junta Vecinal, ha manifestado su preocupación por el estado de la iglesia, especialmente por las filtraciones de agua que han ido «agravando« la estructura del edificio, incluyendo grietas y el «riesgo de derrumbe» del arco de entrada. Según el alcalde, las denuncias comenzaron en mayo de 2023, cuando asumió su cargo dentro de la nueva junta vecinal, pero hasta el momento no han obtenido respuestas del Obispado de Astorga, propietario del templo.
«La situación está empeorando y no hay ninguna respuesta seria por parte del Obispado. Enviaron a una arquitecta, pero lo único que nos dicen es que si se cae, lo cierran y ya está», asegura Vecillas. Este enfoque, según el alcalde, pone en peligro tanto el patrimonio cultural como la seguridad de los vecinos.
A pesar de las numerosas reclamaciones, la Junta Vecinal sólo consiguió ser escuchada a comienzos de este año, cuando se reunió con la arquitecta del Obispado, quien confirmó el «grave deterioro» del edificio. La experta señaló que era necesario elaborar un proyecto de rehabilitación urgente para evitar que el deterioro continúe avanzando, aunque, hasta el momento, el Obispado no ha mostrado disposición para financiar las obras necesarias.
El edificio, construido en mampostería durante el siglo XVI, alberga un valioso retablo del siglo XVII y una virgen románica. Sin embargo, su estado actual es alarmante. Según los informes, el tejado está en mal estado, la cúpula se encuentra en ruinas y se observan caídas de fragmentos de pintura y cemento en su interior.
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El malestar no solo afecta a los vecinos de Huerga de Garaballes, sino también a los feligreses que acuden cada domingo a misa. «La iglesia es el orgullo del pueblo, y más de 50 personas asisten a misa cada semana. En verano, la cantidad de fieles aumenta. No podemos permitir que se cierre de forma indefinida», afirman miembros de la Junta Vecinal.
Miguel Ángel Ordás, vocal, explicó que, a pesar de los esfuerzos para mantener la iglesia en condiciones, la situación es insostenible. «El tejado está hundido, la cúpula lleva tiempo muy deteriorada y la respuesta del sacerdote es que no es su problema», declaró.
Los vecinos temen que, si no se actúa rápidamente, el deterioro de la iglesia pueda llevar al colapso de partes del edificio, con el consiguiente riesgo para los asistentes a las misas y el daño irreversible al patrimonio histórico del pueblo. En este contexto, la Junta Vecinal ha instado al Obispado de Astorga a tomar medidas urgentes para evitar el cierre definitivo del templo y garantizar la conservación de esta joya arquitectónica que forma parte de la identidad de la comunidad.
Mientras tanto, la iglesia sigue a la espera de una solución que impida su desmoronamiento, y la incertidumbre continúa creciendo entre los vecinos de Huerga de Garaballes.
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