Bajo los imponentes macizos del Parque Nacional de los Picos de Europa se esconde otro paisaje tan imponente como desconocido. El Parque Nacional está considerado de hecho como el 'Himalaya subterráneo' al atesorar la mayor concentración de simas profundas del mundo, con doce por ... kilómetro cuadrado.
Publicidad
Según el inventario del propio espacio protegido, existen 3.407 cavidades kársticas con 420 kilómetros de conductos, dos de ellas con más de diez kilómetros de recorrido. Otras diez cuevas presentan entre cinco y diez kilómetros de desarrollo y 71 entre uno y cinco kilómetros de conductos. El desnivel no se queda a la zaga: 95 cavidades tienen entre 200 y 600 metros de profundidad, 37 alcanzan entre 600 y 1.000 metros y 14 simas superan el kilómetro en negativo.
Esas catorce cavidades verticales -Torca del Cerro del Cuevón, Torca de las Saxifragas, Sima de la Cornisa-Torca Magali, El Trave, Torca de los Rebecos, Pozo del Madejuno, Torca del Jou Sin Tierre, El Jitu, Torca de Piedras Verdes-Cueva del Hielo, Torca del Cueto Los Senderos, Torca Idóubeda, Torca La Monda, Hulagua, Torca Castil-Torca La Carbonal y Torca Urriellu- son precisamente el objeto de un estudio publicado el pasado 19 de octubre en la revista internacional 'Geo Heritage', una de las publicaciones de mayor prestigio en el campo del patrimonio geológico.
La investigación, desarrollada a lo largo de un año, la firma un grupo de expertos de la Universidad de Oviedo, la Universidad de León y el Instituto Geológico y Minero (IGME), liderado por el geólogo Daniel Ballesteros. «La conservación de las cuevas es buena, hay algunas a las que en los últimos veinte años no ha entrado nadie», resume el investigador, actualmente en la Universidad de Rouen, en Normandía.
El trabajo se ha centrado en analizar el patrimonio geológico ligado a esas cuevas mediante una metodología que combina tanto la vertiente geomorfológica como los estudios más ligados al patrimonio, de los que se ha encargado Esperanza Fernández-Martínez, de la Universidad de León.
Publicidad
Las observaciones, tanto a través de documentación como bajando a las cuevas y recopilando información de grupos espeleológicos, les han permitido concluir que «la conservación de las cavidades es alta porque su uso público es reducido debido a las limitaciones de acceso y, en consecuencia, la presión humana es muy escasa». «No se han identificado impactos como pisadas o elementos rotos, algunas están igual que cuando las descubrió el primer explorador», ejemplifica Ballesteros.
Evidencias científicas en mano, los investigadores aportan a su trabajo una segunda parte, la correspondiente a las propuestas de gestión. «El desarrollo socioeconómico asociado a esos geositios es cero», recogen en las conclusiones, en las que lanzan la recomendación de regular el uso público en las cavidades del Parque Nacional. «En un futuro algunas cuevas pequeñas sí podrían ser visitables por empresas turísticas. Existen algunas en el entorno de los Lagos, a diez minutos del coche, que no son complejas y podrían abrirse tanto a la espeleología deportiva como a empresas», sostiene Ballesteros, quien precisa no obstante su apuesta por evitar la «intervención» en los elementos naturales y contar previamente con estudios específicos.
Publicidad
Ya el futuro Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) del Parque, pendiente de aprobación, abre la puerta al uso con fines deportivos o comerciales de siete cavidades en Picos, cuatro de ellas en Asturias y siempre con autorización previa de la dirección del espacio protegido. «No se trata de prohibir por prohibir», recalca el geólogo. Recuerda, además, que la actividad «tendría su impacto en la economía local, sin que se pueda llegar a comparar a los visitantes que van los Lagos o a la Ruta del Cares».
Una segunda línea en el capítulo de propuestas pasa por el impulso de la investigación científica y de las exploraciones, así como la monitorización en el caso de las cuevas de hielo. «Cada año se descubren entre seis y ocho kilómetros de nuevas galerías o pozos, hay actividad espeleológica pero en los 80 hubo más», explica Ballesteros sobre la situación actual.
Publicidad
A esos fines científicos va aparejado un conocimiento público que también abogan por fomentar: «Las cuevas están poco estudiadas y son muy útiles de cara a la educación y divulgación de los valores naturales», sostiene. Para ello instan a «ahondar en la línea» de «implantar contenidos en paneles y centros de visitantes, porque algunas es difícil que se puedan visitar». Y es que de Picos se conocen sus cumbres y «llama la atención su paisaje, pero el subterráneo es aun más singular. Sus cuevas lo hacen único», destaca Ballesteros.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.