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Picos de Europa es un gran laboratorio geológico en el que es posible visualizar tanto los procesos geológicos activos como aquellos que sucedieron en el pasado y han dejado su impronta y su registro en el planeta en su constante cambio a lo largo del tiempo geológico.
Los ríos Sella, Cares, Duje y Deva, que cruzan Picos y cuyas cabeceras se encuentran en casi todos los casos en el eje principal de la Cordillera Cantábrica, al sur de los Picos de Europa, han excavado impresionantes gargantas que seccionaron la enorme mole calcárea.
El resultado, visible en un trabajo videográfico estraordinariamente ilustrativo, son tres macizos bien diferenciados: Macizo Occidental (o del Cornión), Macizo Central (o de los Urrieles) y Macizo Oriental (o de Andara).
Las montañas de Picos de Europa presentan una gran cantidad de rasgos glaciares producidos, en su gran mayor parte, en la última gran etapa de avance de los hielos conocida como 'Würmiense' que comenzó hace más de cien mil años y duró hasta hace unos diez mil.
Durante la glaciación las zonas altas de los macizos estuvieron ocupadas por casquetes glaciares de los que derivaban lenguas de hielo que descendían por las laderas y ocupaban fondos de valle.
El flujo del agua del parque durante millones de años ha producido variadas y abruptas morfologías tanto superficiales como subterráneas que son la seña de identidad del parque, ya que esto junto con la diferencia de altitud de las cumbres de los Picos de Europa favorece el desarrollo de grandes simas en esta región.
Destacan así la Torca del Cerro del Cuevón-Torca de las Xasífragas; la Sima de la Cornisa-Torca Magali; y el Sistema del Trave, que ocupan, respectivamente, el sexto, noveno, y decimotercer puesto entre las más profundas del mundo.
Las laderas de los valles principales, cuyos desniveles llegan a alcanzar los 2000 metros, muestran unas pendientes vertiginosas, dando lugar a una morfología de cañones muy escarpados y profundos. Mientras tanto, el relieve de las zonas más altas está dominado por formas glaciares (circos, aristas, jous…) y formas kársticas (campos de dolinas y lapiaces desnudos), desarrollándose un complejo sistema de drenaje subterráneo de las aguas.
Las rocas que componen el sustrato de este parque son, en su inmensa mayoría, resultado de la acumulación de sedimentos en lechos marinos de mayor o menor profundidad, como indica la presencia de fósiles marinos en ella.
¿Cómo es posible que esos sustratos se encuentren hoy día en altitudes muy por encima del nivel del mar?
Hoy sabemos que la elevación de estas rocas fue debida a procesos que tienen origen en el interior del planeta. Estos episodios, en los que se forman nuevas cadenas montañosas, se conocen como orogenias. Las calizas masivas muestran una gran resistencia a la erosión y preservan la morfología general de bloques desplazados por la tectónica alpina.
El resultado es el ahora visible que permite localizar no solo las vertientes orográficas actuales sino radiografiar la historia que ha acompañado a esta masa montañosa a lo largo de su historia.
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Clara Alba y José A. González
Juan Cano, Sara I. Belled y Clara Privé
Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
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