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ramón muñiz
León | Gijón
Lunes, 14 de enero 2019, 09:20
Este lunes debería ser un gran día para el Principado de Asturias y para León. El Congreso de los Diputados recibe el borrador de presupuestos elaborado por el Gobierno de Pedro Sánchez, cuentas diseñadas para atraerse el voto de los nacionalistas catalanes, vascos ... y Podemos preferentemente. El documento incluye una lluvia de millones para las obras en Cataluña, se ha anticipado un impulso para el ferrocarril extremeño y, si se cumplen los compromisos, ha de aportar una inyección determinante para las obras estatales de interés leonés y asturiano. Hasta 500,57 millones quedaron programados para 2019 en el Presupuesto General del Estado del pasado curso para León y Asturias, el que logró aprobar el PP días antes de verse desalojado de la Moncloa.
Salió merced a una moción de censura en cuyo debate el propio Pedro Sánchez se ató a esa misma hoja de ruta. En un rifirrafe con el diputado de Foro Asturias, Isidro Martínez Oblanca, el entonces futuro presidente declaró: «Lógicamente nosotros vamos a respetar la ejecución de las obras que han sido presupuestadas en materia de infraestructuras por parte del actual Gobierno; no queda otra, porque evidentemente no son nuestros presupuestos, pero desde luego no vamos a incumplir el acuerdo de esta Cámara».
En cuanto a las cifras, 24,89 millones de euros de inversión corresponderían a la vertiente leonesa de la variante de Pajares, y otros 166 tienen por destino la renovación del tramo ferroviario León-La Robla, la supresión del fondo de saco de León (que reducirá en unos 20 minutos el viaje en tren con la meseta) y la duplicación de la vía entre la capital del Bernesga y Valladolid (imprescindible para incrementar la velocidad de los convoyes). En total, 243,78 millones para actuaciones de interés leonés que están reconocidas en el documento.
No son antecedentes esperanzadores pero entre los deberes de Fomento los hay que no admiten más demora. En total las cuentas de 2018 dejaban programada una inversión de 77,78 millones en las dos vertientes de la variante de Pajares, suma imprescindible para iniciar el montaje de vías, reactivar el sistema de ventilación, ejecutar las primeras pantallas de la estabilización definitiva de la ladera de Campomanes y empezar a levantar el cambiador de ancho en sus inmediaciones.
Todo ello y las labores para poner la catenaria en el segundo túnel son labores que o se lanzan de inmediato, o impedirán a Sánchez y Ábalos cumplir su promesa de culminar las obras del AVE en el año 2020.
Sobre el papel, el ministro José Luis Ábalos tiene margen para atenerse a ese acelerón de la inversión. El anteproyecto que el viernes aprobó Moncloa propone dedicar 7.572 millones a las políticas de infraestructuras, lo que supone un 39,9% más de lo reservado en 2018.
Es la partida que proporcionalmente más se quiere mejorar tras la de pensiones, que engorda un 42,1%. El Ejecutivo socialista lleva semanas prometiendo un impulso en el área social, pero gracias a un incremento general de los ingresos y gastos esperados, asegura que tampoco descuidará la inversión. El borrador que el lunes entregará al Congreso dedica a las obras públicas el 2,1% de los fondos, un trozo de tarta sensiblemente mayor al 1,5% que le confirió el último Gobierno de Mariano Rajoy. Todo queda así preparado para poder esgrimir el dinero a las infraestructuras como señuelo con el que captar votos entre la oposición.
Ese uso es, precisamente, uno de los riesgos para las aspiraciones asturianas. El otro, no menor, es que las cuentas queden en papel mojado. A pesar de la promesa formalizada por Pedro Sánchez la realidad es que el Presupuesto General del Estado de 2018 consignó 17,2 millones para siete obras en la región que no han llegado a ser siquiera licitadas. Es un dinero que quedó sin gastar, al menos en esos frentes.
Parte de esos proyectos han sido directamente anulados. Es el caso por ejemplo de la renovación integral de la rampa de Pajares. Las cuentas del pasado año incluían cinco millones para iniciar una ambiciosa obra con la que asegurar la supervivencia del decimonónico trazado; está previsto que absorbiera el tráfico de mercancías, pero un cambio en el proyecto de vías de la variante de Pajares permitirá desviar a los nuevos túneles esos convoyes. El objetivo declarado por el ministro Ábalos pasa así por cerrar la vía por el puerto a partir de 2021.
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