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El fin de la red de cobre, cuya fecha de finalización es el próximo 19 de abril, está teniendo consecuencias nefastas en la población rural leonesa de montaña. Se trata de un plan por el que, desde el verano de 2023, se está sustituyendo el ... cableado de cobre que ofrece conexión de telefonía fija y móvil a través de ADSL por la instalación de fibra óptica.
En León son 104 las localidades que podrían verse severamente afectadas, según la Comisión Nacional del Mercado de Telecomunicaciones y del Instituto Nacional de Estadística (INE). Y las consecuencias de este 'apagón' del cobre no se han hecho de esperar con miles de leoneses aislados por completo.
En Maraña, Vicente Muñiz, de 72 años, necesita ir al Hospital de León mensualmente desde hace diez años. «Con el ojo izquierdo no veo nada tras una trombosis y no tengo coche, que aunque tuviera, no podría conducir». Normalmente llama a la ambulancia un par de día antes de la cita para acordar la fecha y lugar de recogida, pero ahora no sabe cómo va a hacerlo porque tan si quiera puede llamar al 112.
Hipólito Riesco Álvarez
Misma situación se da en Luna, donde el 25 de marzo completaron seis días sin cobertura. «El martes a las 18:31 se fue la luz, el teléfono y la televisión en San Emiliano. La luz volvió a los pocos minutos, la televisión el viernes 22 de marzo, y el teléfono sigue sin funcionar», explica.
Denuncia la situación de «incomunicación» a la que se están viendo enfrentados. «Gente mayor que vive sola y tiene que pedir cita para hacerse análisis, ganaderos que no pueden hacer las gestiones obligatorias por Internet...», enumera Hipólito. Y es que hay muchos ganaderos de la zona que han modernizado sus explotaciones con sistemas controlados por conexión móvil y también están sufriendo las consecuencias del fin del cobre en su trabajo diario.
«Algunos tienen lámparas que funcionan con el móvil. Al cortarse la cobertura, se quedaron encendidas, y solo se pueden apagar bajando los plomos», lo que dejaría inoperativa toda la instalación. Otros tienen cámaras de vídeo para controlar los partos del ganado, cuya temporada tanto en equino como vacuno ya ha comenzado. «Ahora tienen que estar sí o sí físicamente, no hay más remedio», denuncia.
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«Mi madre tiene 92 años. Sale a la calle y no puede coger un taxi porque no lo hay. Si no puede llamar, ¿qué hace? A kilómetros del centro de salud, los bomberos, la Guardia Civil...», lamenta Hipólito. En Torrebarrio y Torrestío tienen una situación similar y sospecha que los cortes afectan a toda la comarca de Luna ya que hasta que llegó al Puente de Carlos Fernández Casado no pudo realizar ninguna llamada.
Los catorce pueblos del Ayuntamiento de La Ercina también han acumulado semanas completas incomunicados. «Hasta dos pueblos más allá no podía realizar ninguna gestión. Me imposibilita a la hora de hacer mi trabajo, e incluso hubo gente que estaba desde el sábado anterior» —más de diez días— «sin cobertura», denuncia Silvia Almanza, secretaria del consistorio.
En su caso contactó con la compañía telefónica y le comunicaron que «estaban arreglando la incidencia» pretendiendo arreglarla el viernes 15 de marzo. Sin embargo hasta el lunes 18 no recuperaron la línea.
Omar Rodríguez
Alcalde de Maraña
Desde Telefónica Castilla y León, María José Gutiérrez explica que el Gobierno de España «debía ayudar a las operadoras a llevar la fibra óptica a los entornos rurales» y que el problema de base es «el complicado acceso» que tienen muchas de estas zonas. «Hay sitios en los que tecnológicamente no se puede llevar la fibra y se ha completado con coberturas radio o satélite», defiende.
Los alcaldes y presidentes de las juntas vecinales denuncian que no debería haberse comenzado a cortar el cobre que facilita las conexiones sin antes haber instalado la fibra óptica por completo.
«Ahora estamos semana sí, semana no, incomunicados totalmente», recrimina Omar Rodríguez, alcalde de Maraña. Han comunicado a la subdelegación del Gobierno la situación en busca de soluciones, pero por el momento no se han dado.
En Semana Santa llegan unas 500 personas al pueblo y hasta la noche del Domingo de Ramos no se recuperó la red móvil. «Llevamos muchos años, pero últimamente ya es peor. En el Ayuntamiento no podemos hacer nada. El médico no puede recetar al no poder entrar en Internet. Nunca hemos estado igual que ahora de mal», lamenta.
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