La afición por la recogida de setas es algo que los leoneses conocen desde niños. Una tradición que pasa de abuelos a padres y que llega a las generaciones más jóvenes para quedarse.
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El otoño, la época de temporada en la que la montaña leonesa se llena de cestas de mimbre y botas para su recolección, son cientos los curiosos que se suman cada año en una afición que no pasa de moda.
Rubén del Valle, más conocido en redes sociales por su canal Ruvalle León, especializado en adentrarse en «lo más profundo» de la tierra, lleva toda su vida disfrutando de esta estación. Una cita anual en la que la recogida de setas no falta en su calendario y que conoció desde niño para, más adelante, enseñarla al mundo mediante videos que él mismo graba y edita.
Durante el mes de octubre han sido varias las ocasiones en las que ha salido en busca de setas, algo que, le ha hecho ser «especialista» en cuatro especies de la provincia. Según el leonés, los aficionados a este tipo de recolecciones comienzan a recoger información sobre estas especies porque son las más típicas de ver.
El níscalo es uno de los principales tipos de setas que se puede encontrar en la montaña de León. Entre pinares su localización es fácil y, a simple vista, se puede observar sin dificultad. Pero, tras años en su recogida, Rubén se vio sorprendido por un níscalo «desconocido». En una zona de robles se «extrañó» por la presencia de esta especie.
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Rubén del Valle, conocido en redes sociales como Ruvalle León
«Tenía la misma forma y tamaño que uno normal», explica el leonés que, al cortar el tallo, recuerda cómo cayó una especie de «latex» blanco.
Fue entonces cuando cayó en algo que había leído hace años. «El falso níscalo». Tras ver que el color naranja habitual que desprende la especie del tallo al ser cortada se había convertido en una masa blanca se extrañó y se puso a buscar información. Pocos minutos después descubrió que no se trataba de un deliciosus sino de un torminosus, una especie de níscalo «peligrosa» porque, a pesar de no llegar a ser mortal, tiene síntomas «muy desagradables». Este hongo basidiomiceto de la familia Russulaceae tiene un sabor picante muy desagradable.
Un «falso níscalo» que puede tener síntomas leves pero por el cual, según recomienda el leonés, «es mejor tirarlo ante la duda».
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Los champiñones es otro de los grandes «dolores de cabeza» para los aficionados. Pero estos con mayor riesgo. La especie de Amanita Phalloides es un tipo de seta mortal. Muy similar al champiñón cuando son pequeños y que puede llegar a «matar a una familia entera». No es muy abundante en la provincia y tampoco suele darse en el mismo entorno que los champiñones pero la prudencia es necesaria a la hora de conocer las setas que se recogen.
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La seta de cardo es otro de los tipos más recurridos. Un buen año de setas para la provincia que aún disfruta de buenas condiciones climatológicas para la conservación de estas.
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