Enagás invertirá 2,4 millones en salvar el gasoducto León-Oviedo 'doblado' por el terreno

Ahora y con el fin de poder atajar el problema de raíz Enagás tiene previsto invertir 2,4 millones que tendrán como único objetivo salvar el gaseoducto León-Oviedo en el puerto de Pajares, donde unas inestabilidades del terreno amenazan la conducción.

La empresa ya solicitó en 2018 los permisos para esta obra, que le obligaría a ejecutar una variante de entre cuatro y cinco kilómetros en un espacio protegido pero que se presenta como la única solución viable a la situación generada por los movimientos en el terreno.

Entonces la empresa afirmó que «han aparecido en la zona indicios de inestabilidad del terreno, habiéndose formado pliegues en la tubería». Se trataría de «ondulaciones y pliegues de la chapa que han obligado a diferentes intervenciones de reparación».

La variante urge «por la seguridad de la instalación» y ahora la delegación del Gobierno en Asturias ha publicado un anuncio reconociendo la utilidad pública de la actuación. Las obras requieren la ocupación de 44 fincas calificadas como pasto, monte alto y bajo, camino y prados, además de trabajar sobre el río Valgrande.

Enagas, la principal empresa gasista del país, sufre la rebelión del terreno sobre la infraestructura en un mal de todas las obras del lugar. Lo sufre la propia Nacional 630 y la propia variante de Pajares, aunque con deslizamientos circunscritos a la zona de Campomanes.

La obra de Enagas responde a la insuficiencia de una anterior. En 2006 la empresa ejecutó una variante de un kilómetro, aplicando como criterio el tender los tubos lo más próximo posible a las crestas.

«Mejoró el trazado original al no presentar indicación de defecto alguno, pero no afectó a toda la zona que presenta los deslizamientos», aprecia. Los reconocimientos de los últimos años han descubierto «numerosos deslizamientos» en la zona del puerto, a ambos lados de la divisoria entre las dos provincias.