Drama ganadero: Indemnizaciones por un tercio del valor y pastos «a precio de oro para compartir con los lobos»

Este es el drama al que se enfrentan los ganaderos de la montaña leonesa, quienes acaban de sufrir un gran revés en su lucha contra el lobo, donde se sientes desamparados por las instituciones políticas: «La situación ya era difícil antes, pero es que ahora estamos atados de pies y manos. Cada noche te vas a la cama y no puedes dormir pensando en que te puede tocar a ti».

Las cifras avalan la versión de los ganaderos: desde la Junta solo se han registrado 174 ataques y casi 250 'víctimas' durante el año 2020: «Solo el primer fin de semana de mayo hubo 10 ataques en Anciles, el problema es que las cuentas oficiales no llegan ni al 50% de los casos reales». La causa nace en el requisito imprescindible de que aparezcan los restos del animal, pues buena parte de los ataques se centran en potros, terneros o animales de pequeño tamaño que el lobo arrastra al monte. «Es probable que solo en la zona de Riaño haya habido más de 174 casos, a los que habría que sumar el resto de la provincia».

Su problema va más allá de la indefensión, que ahora con la extensión de la protección al norte del Duero es absoluta, pues cada es más difícil hacer sostenible su actividad: «Van a acabar con nosotros, nos vamos a tener que ir», asegura José, que hace como portavoz de sus compañeros, quien afirma que las indemnizaciones, además de cubrir solo un tercio del valor real, tardan mucho en cobrarse: «Al mismo tiempo que la Junta nos indemniza mal y tarde, nosotros estamos obligados a pagar los pastos a precio de oro».

Según relata a Leonoticias, desde los ayuntamientos y las juntas vecinales cobran 15.000 euros por unos pastos que deberán compartir con los lobos: «A nosotros nadie nos ayuda a pagarlos, pero tampoco podemos proteger nuestro ganado de los lobos que están allí. Es injusto, porque en cada ataque perdemos mucho dinero, pero luego tienes una semana para pagar los pastos o pierdes la PAC», lamenta José, quien además señala que han sido ninguneados durante todo el proceso por las administraciones:

«Nadie ha venido a hablar con nosotros. Es muy fácil tomar decisiones sin conocer desde Madrid y luego no pagar las indemnizaciones», afirma con enfado este ganadero. «Vale más el lobo que nosotros, con esta prohibición nos ponen en una situación muy jodida, va a ser una catástrofe, luego hablarán de que no queda nadie aquí».

Para los ganaderos leoneses, tomar decisiones respecto al lobo y sus indemnizaciones desde la capital del país es «como tomar las decisiones sobre los semáforos de Madrid desde Riaño», pues al final, «nosotros somos los que viven aquí y le dan vida a la montaña durante todo el año, no los que vienen a dar un paseo durante dos días». Decisiones que para estos empresarios de León, «se empezarán a tomar en serio el día que afecte a su sueldo y no al nuestro».