Cinco carreteras de zonas montañosas de Castilla y León continúan cerradas al tráfico por hielo y nieve. En concreto, se trata de la BU-572 en Portillo de la Lunada, en la frontera de la provincia de Burgos con Cantabria; la LE-126 en Encinedo, ... en la provincia de León; la LE-233 en Boca de Huérgano, también en territorio leonés; y las carreteras DSA-180 y DSA-191 en La Hoya y Candelario, en la provincia de Salamanca.
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Además, otras cinco vías permanecen en el nivel rojo de la Dirección General de Tráfico (DGT), por lo que se prohíbe la circulación a camiones y articulados y el resto de vehículos deben llevar cadenas o neumáticos de invierno. Se trata de la AV-932 en Santiago del Collado, en Ávila; las carreteras LE-142 en Santa Colomba de Somoza, LE-333 en Puebla de Lillo y LE-460 en Igüeña, todas ellas en la provincia de León; y la ZA-103 en Galende, dentro de la comarca zamorana de Sanabria.
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Por último, otras seis carreteras de la comunidad se encuentran en el nivel de servicio amarillo, que prohíbe el paso a camiones y vehículos articulados, y todas ellas se encuentran en la provincia de León: la LE-321 en Valdelugueros, la LE-473 en La Pola de Gordón, la LE-481 en San Emiliano, la LE-497 en Villablino, la LE-711 en Fabero y la LE-723 en Balboa.
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