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Diez años del peor incendio forestal de la provincia de León

El 19 de agosto de 2012 era domingo. Los vecinos de la sierra del Teleno esperaban pasar una tranquila jornada cuando la mano humana prendió la mecha que se llevó por delante más de 11.000 hectáreas de pinares en uno de los primeros incendios de quinta generación. La pregunta ahora es si este drama hizo reflexionar a las administraciones.

María Fernández

Castrocontrigo

Viernes, 19 de agosto 2022

La Sierra del Teleno tiene una fecha marcada a fuego, el 19 de agosto de 2012. Fue en esa tarde cuando una mano, todavía anónima pero malintencionada, encendió la llama del que sería el peor incendio forestal de la historia de León y el tercero de la comunidad (por detrás de Ávila en 2021 y la Sierra de la Culebra este mismo año).

Una catástrofe que arrasó de manera virulenta 11.724 hectáreas de monte, el 90% de arbolado (en su mayoría pino resinero) y el resto de matorral y pasto, que prometían un nuevo futuro para la zona y que provocó las lágrimas de los vecinos que diez años después no han sido consolados. Ese verano fue especialmente negro para la península al llegar los incendios de quinta generación: varios miles de decenas de monte quemado y cercanía de las llamas a las poblaciones. Tal y como señala Juan Carlos González, portavoz de la Atbrif (Asociación de Trabajadores Brif) este desastre mostró cómo sería el futuro de su profesión. «Casi te tienes que olvidar de trabajar en el monte y te centras en proteger las poblaciones», admite.

Un tronco quemado días después del incendio. CAMPILLO/ICAL

Fueron 18 días de lenguas de fuego que se llevaron por delante la flora e hicieron huir a la fauna de trece pueblos de los ayuntamientos de Castrocontrigo, Luyego, Quintana y Congosto, Destriana y Castrillo de la Valduerna.

La voz de alarma la dio la torre de Castrocontrigo a las 14.30 horas, momento en el que el centro de coordinación de incendios de León avisó a las brigadas. La ola de calor y la sequía que caracterizaron aquel verano provocaron la rapidez de difusión de las llamas, llegando a quemar 5.000 hectáreas en un solo día, algo nunca visto. Lo cierto es que no pilló a los vecinos de sorpresa, puesto que unos días antes ya había habido un conato de incendio, también intencionado.

Los habitantes de Nogarejas, Tabuyo, Destriana, Castrocontrigo, Luyego y pueblos aledaños no dudaron en salir al monte para hacer frente al fuego y defender su forma de vida y sus casas. «El despacho de medios fue tardío», es una frase en la que coinciden tanto Juan Carlos González como los alcaldes de Luyego, Luis Martínez y el de Castrocontrigo, Olivio Campo.

Vídeo. Una década del peor incendio forestal en la provincia de León. E. Margareto

En los primeros momentos de ataque, el fuego podría haberse contenido pero el viento, la sequía y la maleza de la zona llevaron al traste los planes de los voluntarios. Las llamas pasaron el río Eria y el infierno se presentó en el Teleno.

Con la caída de la noche, la catástrofe llegó al valle provocando uno de los momentos más criticados por vecinos, brigadistas y administraciones locales dado que se retiraron los medios oficiales y solo los voluntarios permanecieron sofocando las llamas. «Lo teníamos controlado, pero a las dos horas nos llamaron que se había reactivado. Sufrimos mucha impotencia porque ya no podíamos pararlo», afirma Alejandro García, uno de los voluntarios.

Un vecino contempla uno de los árboles que se perdieron en el incendio. Margareto/ICAL

En el mismo sentido se pronuncia el brigadista Juan Carlos González quien señala que no hubo medios perimetrando. «Se daban las circunstancias idóneas para su control porque subió la humedad y bajo la temperatura. El fuego se hubiera minimizado», lamenta.

Al día siguiente, al levantarse la inversión térmica, el incendio avanzo rápido y fue incontrolable. El viento sur provocó que se quemaran 8.000 hectáreas y las llamas se comían el valle hasta el término municipal de Destriana y entrando en Tabuyo.

Segunda noche: la pesadilla

La segunda noche es una pesadilla en el recuerdo de todos los vecinos ya que veían las llamas a la puerta de casa. Los brigadistas comenzaron a proteger los pueblos; Torneros de Jamuz se cubría de humo sin que sus vecinos pudieran respirar y la base de la Brigada Forestal llegó a ser desalojada al prever impacto del incendio contra ella. La administración se planteó desalojar el pueblo de Tabuyo pero el trabajo de protección entre los medios de extinción y los vecinos alejó la idea aunque para ello se dejó de lado la extinción del fuego en el monte.

El tercer día las condiciones meteorológicas regalaron un poco de asueto a los medios de extinción y con fuego técnico se consiguió controlar el avance de las llamas aunque el humo seguía cubriendo el cielo de toda la provincia.

El fuego se dio por controlado el 6 de septiembre y por extinguido dos meses más tarde. Fueron 18 días de infierno en la unión entre Maragatería y Valduerna. En esos días, las llamas se llevaron por delante trabajos y naturaleza para la que se necesitan 50 años de regeneración. La inmensa arboleda perdida contaba con ejemplares con una media de edad de 80 años.

Ideas de futuro

El incendio de Castrocontrigo y Tabuyo puso de manifiesto la necesidad de profesionalizar los medios de extinción, limpiar los montes y no dejar masas arbóreas continuas. Además, se llevó por delante la inversión de los resineros que justo ese año recuperaban dicha industria.

Tanto la Junta de Castilla y León como el gobierno central comprometieron una serie de ayudas que, según los alcaldes de la zona, no fueron planificadas a largo tiempo sino realizadas con «premura».

Por su parte, desde la Junta de Castilla y León aseguran que ha invertido más de 13 millones de euros en diferentes actuaciones que tienen como objetivo revertir los daños causados por las llamas y regenerar el suelo quemado.

En concreto, la administración autonómica asegura que se han llevado a cabo acciones de corrección de la erosión, retirada de restos, reforestación, defensa contra incendios y plagas forestales, restauración de infraestructuras, así como adecuación con trabajos selvícolas de los aprovechamientos resineros, de gran interés social para la comarca.

Juan Carlos González Vidal, bombero forestal. María Fernández

Medidas de la Junta de Castilla y León

En primer lugar a principios de 2013 la Consejería de Fomento y Medio Ambiente y el Ministerio MAGRAMA convinieron la aportación de 9,8 millones de euros, financiados al 50%, para la restauración de la zona quemada. Con estos fondos, se organizaron los lotes y licitaciones para la saca previa e inmediata de la madera afectada por el incendio para evitar posteriores problemas fitosanitarios; y se llevaron a cabo trabajos relacionados con la planta y semilla necesarias para la restauración, como ensayos de germinación y viabilidad, selección y preparación de rodales selectos para la recogida, limpieza, extracción y acondicionamiento de piñón endémico para su uso en restauración y mantenimiento del banco de material genético, producción, cultivo de planta en vivero y transporte para su plantación de casi un millón de plantas.

Por otra parte, el capítulo destinado a tratamientos silvícolas y otras labores relacionadas con la restauración o la prevención a cargo de las cuadrillas de prevención y extinción de incendios de Astorga, Cabrera, Tabuyo y Teleno o empresas locales ha supuesto 6.453.000 euros. 

Además, se ha procedido a la organización y control de la ejecución de trabajos con cargo a los Fondos de Mejora de los montes de utilidad pública afectados por el incendio, cuyo importe ejecutado en el periodo 2012 a 2021 ha sido de 583.809 euros.

Imagen actual de los montes quemados,. María Fernández

Consejería de Fomento y Medio Ambiente

Otros 145.273 euros se destinaron a esta zona en base a la convocatoria de subvenciones de 2017 de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, por la que se convocan ayudas destinadas a la restauración de daños causados a los bosques por incendios, cofinanciadas por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER), en el marco del Programa de Desarrollo Rural de Castilla y León 2014-2020. 

Por último, ya en el año 2020 y 2021 se han realizado tratamientos selvícolas consistentes en desbroces manuales lineales y perimetrales para mejorar el acceso y tránsito a los pinares de Pinus pinaster en resinación de la comarca forestal de La Bañeza, a la vez de crear discontinuidades en el combustible que dificulten la propagación del fuego en caso de incendio forestal. Estos trabajos han supuesto una inversión de 37.458 euros.

En cuanto a la investigación, hay varias inversiones destinadas a la coordinación con universidades y centros de investigación para llevar a cabo experiencias piloto y analizar la viabilidad y rentabilidad de mecanización en clareos sistemáticos en regeneración post-incendio. 

Unas ayudas destinadas a un incendio provocado por la mano del hombre y del que una década después todavía no se conoce al autor que sigue impune y del que se duda sí se aprendió algo tras otro verano negro en la comunidad.

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