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Desvelado el misterio del 'hombre de Somiedo', cuyo cadáver apareció hace diez años en el mirador del Rebeco, junto a la localidad del Puerto muy cerca de la comarca leonesa de Babia. Diez años de misterios y ahora dos detenidos que ponen nombre al fallecido. Se trata de un gijonés que falleció con 55 años por causas naturales.
Sus dos hermanos menores (un hombre y una mujer) han sido detenidos y enviados a prisión por haberse deshecho del cuerpo para seguir cobrando su pensión durante una década: más de 3.000 euros sumando la ayuda a la dependencia, tal y como publica El Comercio.
Fue el Principado el que hace años años reclamó a los dos hermanos que llevasen a su tercer hermano a realizar una nueva valoración a los servicios asistenciales. Tenían su custodia y acogimiento desde el fallecimiento de los padres tiempo atrás. Sin embargo, nunca se llegaron a personar ante los peritos que tenían que re evaluar al minusválido, quien presentaba una dependencia total, sin apenas caminar, ver ni oír.
Se inició entonces un procedimiento en un juzgado de primera instancia de Gijón y ante los reiterados requerimientos por parte de la Consejería para que llevasen al hombre, con los consiguientes incumplimientos, se inició la investigación judicial. Fue en octubre, en el juzgado de Instrucción número 4 de Gijón. Se comprobó entonces que el piso en el que vivían, en el barrio de El Llano, no estaba el hombre en cuestión y que sus dos hermanos no se encontraban allÍ al saberse perseguidos. La vivienda estaba repleta de basura, con signos de padecer síndrome de Diógenes.
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Se dictó entonces una orden de búsqueda y captura. Hace apenas unos días, los dos hermanos fueron localizados en el País Vasco por la Ertzaintza y trasladados a Gijón. El jueves 7 de febrero, ingresaron en el centro penitenciario de Asturias por un delito de detención ilegal, a la espera de que las pruebas de adn confirmen que son los hermanos del individuo hallado en el monte hace una década. Fue la propia detenida la que confesó que su hermano «era el hombre de Somiedo que salió en El Comercio».
Se cruzaba así la investigación del juzgado con la iniciada hace diez años por la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil y se ponía fin a la incógnita. Lo que sí se confirma, como abundaban los agentes, es que el hombre estuvo cuidado hasta el final de sus días en su entorno más cercano. Lo que había detrás era, supuestamente, una motivación económica, de lucro de la minusvalía de su hermano. Los dos detenidos, según su entorno, son personas que también presentan necesidades especiales y no están integrados en la sociedad.
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