Una despedida 'de corazón' al Bar La Plaza

El local ha cerrado sus puertas con el final del mes de enero y los clientes han aprovechado estos corazones, que eran parte del árbol de navidad, para despedirse.

«La verdad que la gente se ha ido con mucha pena, y yo también» confesaba Marifé propietaria y trabajadora en el bar. «El bar era nuestro, mío y de mi marido, pero él ya está jubilado desde hace unos años y yo, aunque todavía no me toca por la edad, ya no quería seguir con el bar» admite.

Además, «tampoco hay gente para trabajar». Aún así, lo que había comenzado como una aventura temporal se convirtió en su vida. «En principio lo habíamos cogido para cinco años y, mira, ya llevamos aquí 18».

Por eso, los vecinos ya eran como de la familia y el bar, como su casa. De hecho, Marifé incluso les daba de comer, «aunque no tenía carta, pero aquí comió mucha gente». Lentejas, cocido y lo que más, la tortilla, que era su «plato fuerte».

Algunos de ellos lo recordarán como «el punto de encuentro, entendiendo por punto ..nuestra casa donde nos juntamos a charlar, comer, beber y a cantar, a darle profundidad a esto de ser amigos. Hablo por mi banda, para nosotros es el final de mucho, nos veremos en otros bares pero ya no será lo mismo pues no estaremos en casa».

Marifé y su marido, por su parte, agradecen los dieciocho años de «buenos momentos» con «los mejores clientes, que, sin duda, los ha tenido este bar». Y «aunque dé mucha pena, es el momento de despedirse», pero no sin antes recordar que «si hemos llegado hasta aquí ha sido gracias a clientes como vosotros, que tanto echaré de menos a partir de ahora».