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Son muchas las ocasiones en las que la norma no se adapta al entorno, o así se percibe en diversas circunstancias en el mundo rural donde la frase «desde un despacho no se pueden tomar estas decisiones» se repite demasiado.
Precisamente así lo ha vivido el ganadero de la localidad de Burón, Germán Gómez, quien en noviembre vio como su explotación ganadera desaparecía por completo al dar solo una de sus vacas positivo en tuberculina. «Lo mandé a la Junta de Castilla y León y tardaron en responderme. Cuando lo hicieron quedamos en hacer un saneamiento y un análisis del resto del ganado, que me inmovilizaron», destaca Gómez a quien este procedimiento no le resultó extraño, pero si el que siguió a continuación.
«Me llamaron un día y me dijeron que tenía que matar todas las vacas, que tenía solo 15 días para hacerlo», asegura mientras señala que se planteó alegar contra esta decisión, «pero yo no tengo 40.000 euros para pleitear contra la Junta», matiza.
Tanto Gómez como otros ganaderos consultados por este medio señalan que no es este el proceso que se seguía hasta hace unos meses, cuando se aplicaba el llamado 'vaciado sanitario' en el que se analizan las reses y se sacrifican todas solo y cuando más del 25% están infectadas. En el caso contrario, el ganadero sacrifica a las enfermas.
Germán también ha mostrado su malestar por el poco tiempo del que dispuso para cumplir con las directrices de la Junta de Castilla y León. «Ellos tardaron más de un mes pero después yo solo tenía 15 días cuando que tenía que arreglar mucha documentación como la PAC porque hay mucha diferencia de que yo las sacrifique en diciembre a que fuera en enero», destaca.
Reconoce el ganadero que por las 140 reses ha sido indemnizado pero que no es suficiente, «porque el baremo es muy antiguo», asevera. Otra de las cuestiones que le chirría es que le han dejado vender la carne de esas vacas, la canal. «No ha sido decomisada y desde el matadero me señalaron que no tenía ninguna lesión por lo que pude venderla», concluyó. Unos ingresos que no son suficientes dado que Germán, como cualquier otro empresario, contaba con un rendimiento para esos animales que ahora le va a costar años recuperar.
Por su parte desde la Junta de Castilla y León han asegurado que han actuado según el protocolo establecido por la Unión Europea y que ni siquiera es una estrategia marcada desde la Junta ni el Ministerio, sino desde Europa. «Si hay un caso, hay que sacrificar el resto de las cabezas de ganado», aseveran.
Además, han anunciado que la provincia de León trabaja para ser certificada como libre de tuberculosis, por lo que las medidas se aplican de manera restrictiva. «Al ganadero se le indemniza siguiendo una tabla de baremación nacional», han destacado desde la Junta.
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Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
Clara Alba, Cristina Cándido y Leticia Aróstegui
Javier Martínez y Leticia Aróstegui
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