Los desequilibrios territoriales se acentúan en León: trabajar en la ciudad supone cobrar 9.000 euros más que en un pueblo

El último informe sobre el IRPF publicado por la Agencia Tributaria, correspondiente a 2017, indica que el rendimiento medio del trabajo se situó en Castilla y León, en los 18.481 euros, eso si, en Valladolid ascendió a 20.445, frente a los 15.342 de Zamora; o en Burgos, a 19.770, frente a los 15.951 de Ávila.

El análisis por tamaño del municipio arroja contrastes mucho más acusados, con una media de ingresos anuales para los trabajadores de las ciudades de más de 100.000 habitantes de Castilla y León de 21.442 euros, frente a los 12.527 de los pueblos de menos de 1.000. Es decir, la diferencia roza los 9.000 euros de media en la Comunidad, si vives en una gran urbe o en un pequeño núcleo de población.

Esa distancia se dispara si se comparan los mayores valores con los menores, que se corresponden con los 22.778 euros de los municipios de entre 10.001 y 20.000 habitantes de Valladolid; y los de menos de 1.000 de Zamora, donde el sueldo medio es de 10.987 euros, es decir, 11.791 euros por debajo.

El caso de Valladolid es el único en el que los mayores rendimientos de trabajo no se corresponden con la capital, ya que la cifra de esas localidades intermedias superan a la de la ciudad del Pisuegra, que se sitúa en los 21.992 euros. Los pueblos de menos de mil habitantes de esta provincia registran unos rendimientos medios de 12.625 euros.

El informe elaborado por Ical, con datos de la Agencia Tributaria indica que los mayores niveles salariales en Ávila alcanzan los 20.165 euros urbanos frente a los 11.218 de los pequeños pueblos; en Burgos esos valores están entre los 21.639 y los 14.960 euros; y en León, las cifras oscilan entre los 21.360 y los 12.223.

Asimismo, en la provincia palentina, los 19.901 euros de la capital contrastan con los 12.407 de las localidades de menos de 1.000 habitantes; en Salamanca la horquilla se sitúa entre los 20.069 y los 11.869; y en Segovia, entre los 20.076 y los 14.014.

La provincia de Soria registra unos rendimientos medios del trabajo de 20.226 euros en la capital, frente a los 12.089 de los pueblos de menos habitantes; mientras que en Zamora, las cifras oscilan entre los 19.298 y los 10.987 euros.

El secretario autonómico de CCOO, Vicente Andrés, reconoció que el problema de la falta de equilibrio territorial en el desarrollo de esta autonomía 'Frankenstein' «es muy difícil de solucionar» porque «viene de largo, los desequlibrios de renta no aparecen de la noche a la mañana y la Comunidad lleva muchos años arrastrándolo».

El dirigente sindical recordó los 32 años de gobierno del PP en los que no acometió este problema «en serio, de verdad» y constató que se siguen escuchando «discursos y teorías que están bien, pero en el fondo no se hace nada». «No ha habido una política de desarrollo real en el oeste, que es donde está el problema junto a Ávila, no ha habido una apuesta seria», sentenció.

Andrés cargó contra unas políticas que se elaboran «desde el tacticismo mediático» y aunque asumió que comparten la idea de los planes de fomento territorial, lo cierto es que «sólo son papel» y no representan esfuerzos de inversión con actuaciones discriminatorias y de reindustrialización planificada para el oeste de la Comunidad. «No es normal que el PIB industrial de Burgos triplique el de León, Zamora o Ávila», dijo.

Vicente Andrés exigió, en este contexto, una «apuesta verdadera» por la inversión productiva más allá de «cubrir el expediente con planes que no valen para nada, y a las pruebas me remito», sentenció. Algunos, indicó, se escudan en que son a largo plazo, pero es que «el problema se acentúa cada vez más», indicó, para recordar que «desde 2002 a ahora, hay 15 provincias españolas que pierden población de entre 15 y 49 años, donde está el futuro, de las que ocho son de Castilla y León». «Hay un problema de una planificación de la reindustilizacion de verdad, donde no se hagan trampas técnicas», aseveró.

Una situación que se agrava, dijo, porque también hay un problema de salarios. «La gente se va por falta de oportunidades y porque los salarios en Castilla y León son muy bajos». En resumen, Andrés recalcó que «falta un proyecto de gobierno así como un compromiso de los empresarios», que están entre los de mayor crecimiento de los beneficios, porque basan su competitividad en los salarios bajos, en vez de apostar por el futuro y la competitividad basada en la innovación y la tecnología.