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Momento de la caída de la chimenea. DIEGO PÉREZ CILLERO

30 días volados en diez segundos

Tan solo diez segundos han bastado a Naturgy para deshacerse de otro icono de La Robla: hace tres meses fueron las dos torres de refrigeración, este jueves la chimenea más alta | Treinta días costó levantar de la nada la infraestructura que ha caído en dos partes en apenas unos segundos

Jueves, 28 de julio 2022, 16:51

En un pestañeo. Así ha sido la demolición de la chimenea más alta de la central térmica de La Robla. La empresa gasística Naturgy ha destruido este jueves 28 de junio la torre de 200 metros y 4.500 toneladas de peso que coronaba una de las estampas más señeras del flanco norte de la provincia de León.

Ante la atenta mirada de vecinos de La Robla, que veían con cara de indignacion, pena e impotencia cómo la chimenea de su central térmica desparecía en apenas 10 segundos. Más de un centenar de personas, auténticas de La Robla y de fuera, se acercaron a la zona para visualizar un momento histórico al que dar marcha atrás ya es imposible. Todos querían inmortalizar el momento sacando las últimas fotografías a lo poco que quedaba ya de la antigua central y futura planta de hidrógeno renovable. Tres meses atrás les arrancaron un pedazo de su tierra y hoy volvieron a hacer lo propio.

En busca del mejor sitio, subiéndose a pequeñas subidas del terreno para tener una vista privilegiada de la explosión. Cualquier cosa valía con tal de tener un buen plano. No importaba ni el calor ni la ausencia de sombra en la que resguardarse hasta el momento de la demolición, que llegó a las 15:30, hora exacta en la que estaba prevista.

Pequeños y mayores, nadie se lo quería perder

Desde niños pequeños hasta personas mayores. Familias completas de abuelos, padres e hijos. «Dos minutos que quedan ya», decía una señora. Y quedaban exactamente eso. Justo a las tres y media de la tarde la chimenea más alta de la central empezaba a caer hacia su derecha en una demolición que ha dejado una gran humareda que no tardó en invadir el resto del valle que rodea la Central.

Galería. Momento de la caída de la chimenea.

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Galería. Momento de la caída de la chimenea. DIEGO PÉREZ CILLERO

¿La reacción? Un silencio generalizado roto por unos tímidos aplausos que fueron reprochados por algunas personas que se mostraban contrariadas ante lo que acaba de ocurrir a escasos metros. Pero que tuvieron la tenacidad y valentía de asistir a la voladura.

Con la chimenea se van recuerdos. Recuerdos que no volverán y se quedarán para siempre en la memoria de unos vecinos de La Robla que se muestran contrariados ante la desmantelacion total que están haciendo de lo que hace años fue el principal motor económico de la zona. Y es que la central llevaba fuera de servicio más de dos años tras haber sido cerrada por un descenso en la rentabilidad de la misma, así como el objetivo de reducir las emisiones contaminantes según alegó el Gobierno de España. Y como esta, otras 20 también fueron objeto de cierre por los mismos motivos.

Un poco menos industrial

Hace tres meses, el pasado 6 de mayo concretamente, se volaron las dos torres de refrigeración, que era lo más representativo de esta central construida en 1971 y en funcionamiento activo durante más de cincuenta años. Era el inicio del fin. Además, esto supone remar a contracorriente de algunos países europeos que, en vistas de lo que está aconteciendo alrededor del sector energético, han reactivado sus centrales térmicas como medida de autoprotección.

Ahora La Robla, y España en general, es un poco menos industrial. Aquel sector, que un día fue pionero y daba vida a ingentes cantidades de pueblos que hoy sufren las consecuencias de cierres de fábricas como esta, es casi historia. Y mientras, países vecinos como Marruecos abriendo nuevas centrales a las que España ahora compra lo mismo que dejó de producir.

Importancia de la Central en la zona

En el momento del cierre, 120 personas vivían directa e indirectamente de la central. En la época de pleno funcionamiento llegó a dar empleo a más de 500 personas, de las cuales más de la mitad eran de carácter directo. Al ser, además, el motor de la zona de La Robla, todos los demás índices dependían de la actividad térmica de la central. Si hacía buenos números, la economía del propio pueblo y de los de los alrededores se veía beneficiada; si iba mal, lo otro también. Y desde hace bastantes décadas todo ha ido a peor.

En 2011 poblaban La Robla 4.581 personas; en 2015, 4.302; y en 2021, 3.714. Un descenso prolognado y continuado para el que no hay ninguna solución. Y ni siquiera la planta que instalará Naturgy alcanzará la mitad de las cifras que se alcanzaron con la Central activa.

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