Declara ante el juez el acusado por la muerte violenta de su exnovia en Mansilla de las Mulas y alega enagenación mental

El acusado es autor confeso de la muerte de Paula M.M., de 36 años, y ha prestado declaración junto a algunos vecinos y testigos de este caso que en la actualidad se encuentra bajo secreto de sumario.

Durante la testifical el acusado ha respondido a las preguntas de la juez y defensa a la espera de que las diligencias avancen y se encuentren listas para juicio.

En esa comparecencia José Carlos G.D. ha alegado en su defensa que sufrió un episodio de enajenación mental transitoria que le llevó a cometer el acto criminal, que ha reconocido en todos sus términos.

Igualmente Ha asegurado que 'perdió la cabeza' en esa jornada al ver cómo era rechazado por la fallecida quien habría iniciado una nueva relación. Todo ello le llevó a actuar con un impulso que no pudo contener, según ha asegurado ante la titular del juzgado.

Los testigos, por su parte, ya advirtieron en la misma jornada del suceso que todo sucedió en la madrugada del pasado lunes día 19. Entonces, la pareja de la fallecida, accedió al interior de la vivienda tras romper la puerta de la misma entablándose a continuación una fuerte discursión.

El crimen tuvo lugar tras escucharse fuertes golpes en el interior de la vivienda y el presunto autor aseguró tras salir del domicilio. «La maté», aseguró entonces.

Paula M. y José Carlos G.C. mantenían desde hace tiempo una relación «tormentosa» que había llegado a su punto y final por los celos del asesino confeso.

Ella, vecina de Mansilla de las Mulas, había dado por terminada de forma reiterada su relación con él, residente en la capital leonesa y con raíces familiares en la localidad de Cañizal, pero José Carlos -deportista y exjugador de fútbol en varios equipos de la provincia- nunca terminó de aceptar la ruptura.

«Los problemas eran constantes ente ellos y siempre había gritos en el piso», han relatado los vecinos del inmueble en el que se cometió el crimen.

Son los mismos vecinos que también han reconocido que últimamente la situación «parece que era más tranquila», una tranquilidad que justificaban en el distanciamiento y la presencia más aislada del ahora preso en Villahierro.