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RUBÉN FARIÑAS
León
Lunes, 25 de febrero 2019, 09:22
Se diluye y es inocuo en el aire, el problema radica cuando se concentra en edificios y oficinas, donde queda concentrado en los espacios cerrados y en altas concentraciones es un agente cancerígeno.
Se trata del gas radón, un derivado del uranio, y que es ... ya la segunda causa de cáncer de pulmón en España, según la Organización Mundial de la Salud, -con entre el 3 y el 14% de los casos-, y que podría acumularse hasta en 250.000 edificios del territorio nacional.
El Consejo de Seguridad Nuclear ha elaborado un mapa en el que señala las zonas de actuación prioritaria para reducir la concentración de esta sustancia.
En dicho mapa, se apuntan tres municipios leoneses como posibles focos de emisión de este gas que emana de suelos ricos de granito. Se trata de Páramo del Sil, Vega de Valcárce y Barjas, todos ellos en la comarca de El Bierzo, y en donde más del 75% de su población se encuentra expuesta y el 10% de sus edificios supera los niveles de alerta.
El radón tiene especial incidencia en zonas con minas, cuevas, balnearios o plantas de tratamiento de aguas y se recomienda evitar espacios con cantidad superiores a 300 Bq/m3 -unidad que mide la actividad radioactiva- de este elemento.
Las emisiones de gas radón no se limitan a esos tres municipios leoneses. Hay casi una treintena de ayuntamientos más que son zonas propensas a sufrir concentraciones de este agente cancerígeno.
La mayoría se encuentran en El Bierzo -incluido Ponferrada-, la zona de La Cabrera, Omaña y Luna, y las áreas de la Montaña Central que comprenden los municipios de Villamanín, Valdelugueros y Boñar.
En estos territorios las recomendaciones se reducen a ventilar mucho las viviendas y oficinas, siempre y cuando no se superen los 600 Bq/m3, ya que en ese caso sería necesario succionar desde el suelo y dispersar al exterior el elemento nocivo.
Según recoge el diario El País, España incumple y no aplica la directiva europea con medidas para proteger a los ciudadanos de los efectos radiactivos de este derivado del uranio.
En las zonas de especial influencia de radón se exige el análisis del aire en el interior de unos 250.000 edificios, de los cuales solo se han analizado unas 8.000 viviendas. Además, se obliga al uso de materiales de construcción que mitiguen su presencia.
El Gobierno está elaborando un borrador del Plan Nacional de Acción Frente al Radón, y otras radiaciones ionizantes, y se espera modificar el Código Técnico de Edificación. Los expertos avanzan la necesidad de mejorar la ventilación de las viviendas, sistemas automatizados de renovación del aire y sellar los pisos y las paredes, lo que ayudaría a reducir la concentración del gas en un 50%.
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