La comuna hippie de Luna: «No molestan a nadie, hablan con todo el mundo»

La comunidad Rainbow Family llegó desde todos los puntos del mundo el pasado mes de mayo para reunirse en uno de los paraje de Sagüera de Luna y disfrutar del periodo lunar para conectar con la naturaleza.

Una situación que resultó, en un primer momento, «rara» para los vecinos que no entendían qué estaba sucediendo. «Empezaron a llegar coches y aparcar a las orillas de la carretera, la gente se bajaba con mochilas enormes y tiendas de campaña para emprender el camino«, asegura Jesús Darío Suarez, alcalde de Barrios de Luna.

El desconcierto llegó de la mano de la indignación de muchos de los habitantes del lugar que, antes de conocer a los miembros de esta comunidad, no concebían la posibilidad de que se permitiese acampar en una zona considerada parte de la Reserva de la Biosfera y que se controla «con lupa».

El movimiento de ámbito internacional con más de 50 años de historia comenzó a ser uno de los temas de conversación entre los vecinos que, sorprendidos con la llegada diaria de autocaravanas, furgonetas, coches e incluso, animales de compañía, se preguntaban qué hacían ahí. Días de incomprensión que terminaron con un comunicado por parte de la Guardia Civil que se encontraba cubriendo la zona el cual, les explicaba, que se trataba de una comunidad llamada «La Familia Arcoíris».

«Lo único que hacen es hacer su vida», asegura el alcalde de la localidad. Sin problemas con los vecinos y sin interrumpir las vías, los participantes de la comunidad se desplazan hacia localidades cercanas para hacer pequeñas compras en comercios locales. «Es gente muy amable que además hace gasto en nuestra zona», asegura Ana Arias, alcaldesa del Ayuntamiento de Soto y Amio. En este municipio hay varios locales de ventas de productos básicos como el Supermercado Ángel en el que, según indica su propio dueño, el primer día bajaron a comprar todo tipo de legumbres así como fruta y verdura.

Los días del periodo lunar van llegando a su fin aunque son muchos los participantes que han terminado su experiencia en el lugar. «No todos los días estaba la misma gente, unos entraban y otros salían», asegura el alcalde de la localidad. Según han querido reconocer desde ambos ayuntamientos, la labor de la Guardia Civil de la zona ha sido crucial para controlar la entrada y salida.

Sin conflictos pero con una duda sobre la mesa tras las condiciones en las que se deje el territorio, los habitantes de la localidad confían en que el medio ambiente se cuide como se establece en los decretos de entrada establecidos por la misma comunidad y por lo tanto, el terreno considerado parte de la Reserva de la Biosfera se mantenga intacto tras la finalización del periodo lunar.

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