Una cerveza para hacer inmortal la minería

En un lugar donde tanto su padre y su abuelo trabajaron y en el que, de una forma indirecta, él se educó, ahora busca 'criar' un proyecto personal, autóctono y diferente para revitalizar una comarca en pleno declive como Laciana debido al cierre de la minería.

«Es una manera de dejar este legado a sus hijos», explica el maestro cervecero, Diego Gómez, un conquense con mucha historia, que ejercía esta profesión en Guinea Ecuatorial y que, ante la posibilidad de incorporarse a este proyecto – que ya ha generado cinco puestos de trabajo - desde su nacimiento, en 2019, no dudó y es ya casi un lacianiego más, entendiendo los problemas de la comarca y que las posibilidades de futuro pasan por un cambio de chip, una modernización del sector productivo y mucha imaginación.

Estos fueron los ingredientes para levantar 12.70, cuyo nombre es un homenaje a uno de los episodios más importantes de la comarca lacianiega: «En el año 1270, el rey Alfonso X, que solía venir a cazar a esta zona, entregó a la comarca la carta magna para liberarla del pago de tributos al Conde de Toreno y al Conde de Luna».

Es la demostración de que 12.70 es un tributo a Laciana, con un episodio histórico fundamental en su nombre y un lema, 'Las leyendas nunca mueren', como sello junto a la silueta de un minero iluminando el camino con su lámpara. «Es un homenaje a los mineros. Con ese lema, queremos recordar con cariño a toda la gente que perdió la vida en la mina, que dio tanta riqueza y valor a Laciana», explica Gómez.

El proyecto nace para dar una nueva vida a la comarca porque creen que pequeños impulsos pueden sacar al valle del impás que vive. «Instalaciones como estas hay cuatro o cinco y se caen porque no hay quien les dé una alternativa. Es una pena perder este patrimonio y no encontrarles una segunda vida», ha indicado Gómez.

Esa imaginación les permitió visualizar una fábrica de cerveza en una antigua mina. En la oscuridad y la humedad de las galerías, las minas se fermentan y logran «sabor a mina». «Es algo diferente. Cerveceras en España puede haber muchas, pero no una como esta. Las condiciones que se dan una mina no las hay en otros lados, donde hasta el agua de los deshielos les da un carácter diferente», ha expresado Diego Gómez.

El maestro cervecero de 12.70 cree que es una de las pocas en toda Europa que se fabrica en una mina: «Creemos que hay otra en Polonia, según nos dijo un visitante. Lo estamos investigando». Porque no sólo trabajan en la fabricación de cerveza, también organizan visitas guiadas por la antigua mina en un «proyecto de dinamización turística».

La producción, pese a vivir un crecimiento «a trompicones» afectado, como no, por la pandemia, llega a las 100.000 botellas anuales en un momento de auge del sector cervecero artesanal con una bebida «con carácter, aroma y sabor pero sin ser una cerveza radical, estando a medio camino entre las artesanales y las industriales».

Y la imaginación también sirve para rotar sus variedades, con dos fijas y otras tantas rotativas, dependiendo de la época del año - «en verano apostamos por las IPA que son más refrescantes y en invierno por cervezas negras o tostadas, con más cuerpo» - o con motivos diferenciadores, como una dedicada a la Policía y la Guardia Civil.

Con una bebida tan popular, en la que tanto se puede innovar y que vive un momento de auge, 12.70 quiere eso mismo, auge, para Laciana. Desde uno de los lugares que fue motor de la economía comarcal, provincial e, incluso, nacional, la ambición de 12.70 es la de dar una segunda vida al valle lacianiego como ya lo han logrado con la antigua explotación del Grupo Lumajo.