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«Que nos dejen vivir en paz». «No puede haber tanto inútil mandando». «Tras 2.000 años haciendo lo mismo no podemos estar equivocados». Así de claro y vehemente se muestra Miguel Fierro Casado, delegado provincial de la Federación de Castilla y León en León, ... cuando se le pregunta por la nueva Ley de Bienestar Animal. La norma, impulsada por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 considerará a los perros dedicados a la caza y la ganadería como cualquier otro can, por lo que a ojos de la ley serán como cualquier otro animal de compañía y deberán ser incluidos por sus dueños en el registro.
A grandes rasgos, la nueva regulación obligará a los dueños de las rehalas deberán inscribir a sus animales en el registro como si de una mascota más se tratase. También deberán darse de alta como criadores en caso de que quieran cruzar a sus perros. La norma establece una serie de requisitos de habitabilidad para los animales y una suerte de condiciones laborales, ya que los perros de trabajo deberán atender a una serie de regulaciones desde el punto de vista de la prevención de riesgos laborales. Por ejemplo, ningún perro podrá ejercer actividades profesionales hasta cumplir los 18 meses de edad. Esto choca, por ejemplo, con el aprendizaje natural que experimentan los mastines que cuidan el ganado, los cuales desde cachorros entran en contacto con su cometido para forjar un vínculo de responsabilidad para con las ovejas, vacas o cualquier otros animales de cría.
El anuncio de la nueva ley ha sentado como un tiro a los cazadores, los cuales ya han anunciado movilizaciones por todo el país para que se les excluya de la normativa. Unas protestas a las que se sumarán los leoneses que practiquen la actividad cinegética, según anuncia el delegado provincial de caza en León, Miguel Fierro. «Estamos dispuestos a llegar hasta donde sea, porque no vamos a aceptar que nos arruinen la vida», comenta Fierro bastante molesto ante lo que se les avecina. «Nadie cuestiona la legitimidad de los que están en los puestos de mando en este país, pero eso no quiere decir que estén en lo cierto», precisa el delegado provincial de la Federación de Caza.
Los monteros se muestran especialmente molestos porque esta ley se haya pergeñado sin tenerlos en cuenta: «No es entendible que se tomen medidas sin tener en cuenta la opinión y el criterio de los afectados. Más cuando los que han redactado la norma no tienen ni pajolera idea de lo que necesita el campo».
Uno de los apartados que más ha escocido entre los cazadores es la regulación de los cruces entre perros. Hasta ahora, los cazadores habían acordado entre ellos cruces entre sus mejores ejemplares, de forma que la prevaleciera la estirpe más apta para la actividad cinegética. Sin embargo, de aprobarse la ley, los dueños que deseen criar a sus perros tendrán la obligación de inscribirse en el Registro de Criadores. Asimismo, en caso de no contar con dicha categoría, deberán esterilizar a los canes que tengan acceso al exterior de las viviendas o contacto controlado con animales del sexo opuesto. El objetivo de esta nueva regulación es evitar el abandono de animales, indican desde el Ministerio. Tampoco podrán venderse o regalar animales que no hayan sido castrados previamente.
«Nosotros no estamos en contra de que se mejoren las condiciones de los animales, pero no a costa de nuestro bolsillo y de incluir más burocracia de la que ya tenemos que enfrentar. Lo de cruzar a los animales se ha hecho toda la vida para mejorar las prestaciones y ahora quieren ponernos un papel para poder hacerlo. Estamos yendo en contra de la naturaleza», explica Miguel Fierro.
«Hemos llegado a un punto en el que se solicitan más atenciones para un perro que para una persona. A los animales hay que cuidarlos y atenderlos debidamente, faltaría más. Pero estamos ante una norma que impide al animal llevar una vida acorde con lo que es», abunda el delegado provincial de caza en León.
El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, anunció el pasado mes de mayo que la Junta eliminaría la tasa de caza y pesca y ampliaría la validez de las licencias de uno a cinco años. Nada ha cambiado desde entonces y los aficionados a la actividad cinegética siguen pagando religiosamente sus tasas. Desde la Consejería de Medioambiente se informa que la tasa no cambiará hasta que se modifique la ley de Medidas de Acompañamiento del Presupuesto. La ausencia de presupuesto este curso -no se pudo sacar adelante con el adelantamiento de las elecciones- está retrasando la entrada en vigor de la medida, prometida para este 2022 por Mañueco.
Miguel Fierro, delegado provincial en León de la Federación de Caza de Castilla y León, precisa que el anuncio del presidente de la Junta se entendió en el mundillo de los monteros como «un simple golpe de efecto». «No hay nada gratis en esta vida, si hay que pagar un precio lo haremos, pero que ese dinero se invierta en mejorar las condiciones de los cotos y el campo», concluye el representante leonés de los cazadores.
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