«Carlos es un montañero muy prudente y le están buscando los mejores»

«Carlos es coherente, ya tiene una edad y lleva muchos años haciendo montaña», indicaron fuentes de su grupo. «Es muy prudente y concienzudo y llevaba de todo en la mochila», respaldó Ana Moradiellos, de La Gallega.

Con su prodigiosa memoria sobre la historia de Sotres y las montañas que lo rodean, rememoraba ayer cómo el milagro ha sucedido ya en ocasiones anteriores. «Hubo casos de ocho o nueve días de personas con menos experiencia», apuntó. En octubre de 1989, un valenciano llegó a sobrevivir 17 días en los Picos.

En el caso de Ugidos, se aferran además al dispositivo desplegado. «Le están buscando los mejores», indicaron compañeros de montaña, misma apreciación que compartían en Sotres. «El despliegue es formidable y está todo el mundo volcado», apuntó Moradiellos.

Tras las complicadas condiciones del lunes, con fuertes vientos y precipitaciones en forma de nieve, el tiempo dio ayer una tregua, lo que permitió reactivar el rastreo desde el aire. De esa tarea se encargaron las aeronaves de la Unidad de Helicópteros (UHEL) de la Guardia Civil de Asturias y del Servicio de Emergencias del Principado (SEPA). Como novedad y gracias al tiempo despejado, participaron unidades de drones, como la del SEPA presentada el pasado enero. También el dron manejado por el Equipo Pegaso de la Comandancia de la Guardia Civil de Gijón.

El rastreo continuó asimismo a pie y a lo largo de la jornada el equipo de búsqueda recorrió diferentes 'tracks' que Ugidos había registrado en plataformas digitales, pero no se encontró ningún indicio. Entre voluntarios y profesionales, las personas desplegadas sobre el terreno superaron el medio centenar. Por parte de la Guardia Civil trabajaron cuatro equipos de los servicios de montaña de Cangas de Onís, Mieres, Potes, Sabero y Trives. A ellos se sumaron personal del Grupo de Rescate del SEPA, el jefe de zona de Bomberos y guardas del Parque Nacional. También participaron las unidades caninas del instituto armado y del SEPA.

La veintena de voluntarios, muchos de ellos amigos de Ugidos y experimentados montañeros, siguieron en todo momento las indicaciones del Greim. «Aquí no sirven aventuras», apuntó Tomás Fernández, curtido en este tipo de operativos dada su experiencia como guarda del refugio del Urriellu. Recordó además que el rastreo es «trabajoso y peligroso».

Tras buscar ayer por el Jitu Escarandi, la zona del pico Boro, el Casetón de Andara, el Mancondiú, La Gobia y Entrecuetos, la previsión para hoy es reunir de nuevo a voluntarios con experiencia para cubrir esas tres últimas zonas, llegando también a otras áreas más al este, en dirección la sierra de la Corta y el monte de la Llama. En la mente del equipo de búsqueda y del entorno de Ugidos está que esta cuarta jornada concluya con éxito y «que no pase más tiempo» sin noticias sobre su paradero.