El campamento de verano para monjas que vuelve a abrir sus puertas en un convento de León

El Monasterio de Santa Cruz, en el municipio leonés de Sahagún, vuelve a ser protagonista con la reapertura de su original propuesta vocacional: el campamento de prácticas de monja.

Tras el éxito de su primera edición en 2024, donde más de 400 jóvenes mostraron interés y 25 mujeres participaron en la experiencia, las hermanas del convento retoman la iniciativa con nuevas plazas para este verano.

Todo comenzó en mayo del año pasado, cuando el monasterio publicó un anuncio que revolucionó su día a día. Las redes sociales hicieron de altavoz y, en pocos días, los mensajes comenzaron a colapsar la bandeja de entrada del convento. Sor Marta, la religiosa responsable de la comunicación digital del monasterio, lideró una campaña que se viralizó en cuestión de horas. Su contenido, cercano y natural, logró conectar con cientos de mujeres que, por primera vez, se animaron a explorar la vida monástica «desde dentro«.

Durante cinco días, las participantes vivieron jornadas de oración, trabajo comunitario, tareas de jardinería, repostería y elaboración de cosmética artesanal. Una experiencia que muchas describieron como «enriquecedora» y que dejó huella: algunas decidieron iniciar un camino vocacional y otras se llevaron un valioso aprendizaje a su vida cotidiana.

«La idea es repetir el formato», cuenta Sor Marta. «El año pasado pasaron chicas en turnos de entre cuatro y seis personas; este año seguimos acogiendo grupos pequeños para mantener la calidad y el acompañamiento. Ya hemos abierto las plazas desde el 3 de abril, y comenzaremos las estancias a partir de junio».

Aunque el ritmo de solicitudes ha sido más tranquilo que el «boom inicial», las hermanas siguen recibiendo varias peticiones cada día. «Hemos tenido interés de jóvenes de toda España e incluso de México. Algunas ya están en proceso de discernimiento vocacional y seguimos en contacto con ellas», asegura.

Actualmente, dos mujeres continúan su formación dentro del monasterio, fruto directo de esta iniciativa. «Esta propuesta funciona porque ofrecemos un marco amplio de fechas y la posibilidad de vivirlo sin prisas ni presiones. No es una decisión fácil, pero abrir esa puerta ya es un paso muy valiente», concluye Sor Marta.

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