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R.F. | I.G.B.
Valcuende
Sábado, 11 de abril 2020, 20:23
Hecho extraordinario en un pueblo de la montaña leonesa. Algo que en muchos lugares es cotidiano ha hecho famoso a Valcuende, en el municipio de Valderrueda, y no es otra cosa que el nacimiento de su primer bebé desde hace 64 años.
No se ... recordaba ya en este pequeño núcleo lo que era 'dar a luz' a un nuevo vecino. Y esto ha sido posible gracias Viviana y Víctor, los padres de Iván, el conocido ya como 'bebé de Valcuende'.
Ellos llegaron hace unos años al pueblo tras conocerse hace más de una década. Ella llegaba de Uruguay y él, leonés, tenía vínculos «de siempre» con esta zona de la provincia.
Allí crearon su vida y ahora se dedican al ganado. De hecho, él ha atendido a leonoticias mientras alimentaba a las reses de las que viven durante todo el año.
El bebé goza de buena salud, tras haber nacido en una cesárea hace tres días -aunque los protocolos marcan para esta intervención tres días de ingreso, en su caso solo les dejaron 48 horas debido al Covid-19-, y ya se encuentra en Valcuende,donde seguirán viviendo y disfrutando de un estilo de vida diferente, alejados del coronavirus, y respirando aire puro en el día a día.
Tal ha sido el impacto que ha causado el nacimiento que una joven ha querido dejar plasmado en una carta la emoción de este nacimiento en una aldea leonesa.
anoche leí la noticia de que había nacido un bebé por primera vez en una aldea leonesa en 64 años y me emocioné.
María Sánchez (@MariaMercromina) April 9, 2020
Quise escribirle esta carta, contarle que los lobos mayores y enfermos en la manada siempre van delante, así no se pierden ni mueren solos.https://t.co/vmmjb89TUf
«Naciste ayer en el hospital de la ciudad, pero vienes de un pueblo donde viven tus padres, dos personas más y sesenta vacas», recoge en su escrito, que completa con un dibujo. «Pequeño animalillo, primer bebé de aldea de Valcuende, no escondas y no te avergüences nunca de donde vienes».
La última reflexión del escrito, y a modo de moraleja, afirma lo siguiente: «Y que en las manadas de lobos, los mayores y enfermos nunca van detrás -podrían perderse y morir solos-, sino delante marcando el paso al resto, abriendo nuevos caminos entre el frío y los días inciertos cuidando siempre unos de los otros».
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