Y se armó el Belén

Había ganas por ver de nuevo un Belén que ha conquistado no solo a toda una localidad, si no también, a la provincia. Lorenzana ha inaugurado este viernes su tradicional Belén y culmina de este modo 43 años de tradición. Más de cuatro décadas de trabajo vecinal, de 'empeño navideño' y de una enorme ilusión. La iglesia de Lorenzana acoge uno de los belenes más reseñables de la provincia con más de 400 piezas ornamentales que reviven las escenas típicas de este Nacimiento y cien metros cuadrados de superficie.

Así lo ve Marcos Martínez, alcalde de Cuadros, que lo analiza como «un Belén de todos que se empieza a montar en octubre y ese grupo de gente trabaja a diario. Por eso les anima a que sigan año a año, e incorporando novedades que hacen que el Belén, aunque en su fisionomía parezca el mismo, vaya cambiando en cada edición», tal y como resalta el propio Martínez.

Fue en el año 1976 donde las figuras volvieron a cobrar vida en la Casa de Cultura de Lorenzana y en la Navidad de año 81, el Nacimiento se traslada a la Ermita para deleitar todos los años a los vecinos y visitantes. Un espectacular conjunto con figuras y escenas al detalle, algunas en movimiento, y perfectamente iluminado para dar un ambiente sin duda especial. Todos los molinos, fuentes, posadas, escaleras, paredones, puentes, el castillo de Herodes, entre otros, fueron hechos por Blanca Fanjul.

«Un auténtico referente belenístico, un hito importante que lleva montándose en Lorenzana y refleja lo que el pueblo y le municipio respeta el pasado y las tradiciones a lo largo del tiempo. Estamos orgullosos de la gente que durante dos meses y medio han trabajado para que el Nacimiento se contemple por miles de leoneses», tal y como explica el propio Martínez.

Gracias al trabajo vecinal que durante todo este recorrido ha sido el artífice de una cita ineludible, este año el Belén cuenta con muchas novedades, como una extraordinaria cascada, lagos, ríos, así como varios poblados, figuras de diversos tamaños, movimientos, casas nuevas, iluminación diurna o nocturna.

El Belén de Lorenzana, es un signo indeleble de la identidad cultural del que se sienten orgullos sus vecinos, familiares y amigos que en estos días se desplazan hasta pueblo, atraídos por este reclamo cultural que nunca deja indiferente al visitante y que un año más, intentará no defraudar.

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