Alcaldes afectados por las balsas del Órbigo critican que Marcos no vea necesario analizar su viabilidad social

En Los Desayunos de Ical, Marcos reclamó el «compromiso firme» de la CHD para licitarlas y los regidores le preguntan «qué ocurrirá con los 3.240 habitantes, que viven en Carrizo de la Ribera (1.780), Villanueva de Carrizo (470), La Milla del Río (430) y Armellada (560), cuando tengan dos compuertas de otros tantos pantanos a la puerta de sus casas». «¿Realmente cree que alguien va a querer criar a sus hijos a la puerta de un pantano?», cuestionan.

Además, se preguntan si para que el agricultor que riega sus fincas con el teléfono móvil desde León, siga viviendo en la ciudad, quiere arruinar una comarca como es el Órbigo Alto, donde el índice poblacional es el más alto de todo Castilla y León. «¿Realmente quiere arruinar el cultivo del lúpulo que es de los pocos cultivos que fija población, debido a su delicado e intensivo cuidado?, ¿Y las personas que vivimos y criamos a nuestros hijos en estos pueblos, no importamos?, ¿Acaso somos menos importantes que el urogallo o el oso pardo o cualquier otro animal que esté en vías de extinción?», dicen.

Los firmantes del escrito reclaman a la consejera que «no arruine a una de las comarcas más pobladas de todo Castilla y León, ya que aquí sí que se ha fijado población. Aquí si vivimos los agricultores, y ciudadanos de todas las profesiones que hemos elegido vivir en un paraje estupendo que ustedes quieren arruinar».

A estos alcaldes socialistas, dicen, no les sorprende que la consejera manifieste que ve innecesario un análisis de viabilidad social, «ya que desde el partido político al que pertenece cada día nos dejan más claro que el aspecto social de los habitantes de esta Comunidad, no les importa en absoluto, ni nunca les ha interesado el bienestar social de la gente» y preguntan a Marcos si ella y su familia viviría «con la espada de Damocles, o lo que es lo mismo con dos pantanos, a la puerta de su casa».

Por último, expresan su cofianza en la buena disposición mostrada tanto por la delegada del Gobierno, Virginia Barcones, como por la presidenta de la Confederación Hidrográfica del Duero Cristina Danés, «en profundizar en el aspecto social que la implantación de estos dos pantanos supondría para los seres humanos que vivimos en estos pueblos».