La Asociación de Investigación para la Mejora del Cultivo de laRemolacha Azucarera (AIMCRA) focalizará su estrategia innovadora de los próximos dos años en tres proyectos prioritarios destinados a combatir la cercospora, reducir el coste del riego y aumentar la rentabilidad y la capacidad productiva ... de la remolacha.
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En el caso concreto de la cercospora, enfermedad que ha aumentado su presión sobre el cultivo en los últimos años, el objetivo del proyecto es mejorar el control sobre la enfermedad e incrementar el rendimiento del cultivo y el beneficio para el agricultor, así como mejorar la pureza en el proceso industrial de fabricación del azúcar.
«Los trabajos a realizar abarcarán tanto la lucha química, como la utilización de variedades tolerantes que podrían estar disponibles a partir de 2021 y que marcarán un antes y un después en la lucha contraesta enfermedad», han asegurado desde AIMCRA.
Por otro lado, esta asociación ha recordado que ofrece un servicio de asesoramiento al agricultor para reducir el coste del riego y ahorrar agua, «puesto que la energía utilizada en el riego puede alcanzar su máximo coste en la zona de sondeos, donde supone hasta el 35 por ciento de los costes totales del cultivo».
Los objetivos de este proyecto buscan hacer un cultivo más rentable y sostenible con el reto de rebajar el coste del riego entre un 50 por ciento y un 80 por ciento, lo que equivale a entre cuatro y seis euros por tonelada de remolacha; mejorar la eficiencia del riego hasta ahorrar un 20 por ciento de agua, reducir el impacto medioambiental de las emisiones de CO2 hasta un 90 por ciento y hacer el cultivo de la remolacha más cómodo mediante la automatización y la telegestión.
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También han recordado que AIMCRA ofrece un servicio personalizado para disminuir el coste del abonado y mejorar a la vez la calidad de la remolacha. En el caso del nitrógeno, cuyo exceso perjudica la polarización, AIMCRA trabaja para disminuir el coste del abonado un 30 por ciento, equivalente a 1,5 euros por tonelada o a 150 euros porhectárea, y reducir un 30 por ciento las emisiones de óxido nitroso provocadas por el abonado nitrogenado.
Además, la prohibición del uso de los insecticidas neonicotinoides ha llevado a buscar alternativas y a establecer un sistema de alertas preventivo en los primeros ataques de pulguilla y pulgón y otro de avisos para la transmisión de información eficaz al agricultor. Esto incluye formar y divulgar a los socios sobre el cambio de manejo del cultivo.
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Las mismas fuentes han explicado que, asociado al uso de los herbicidas y la reciente prohibición de algunas materias activas o la imposición de restricciones a su uso, AIMCRA trabaja además en mantener o mejorar los actuales niveles de eficacia y costes de control de malas hierbas, utilizar la mínima dosis de herbicidas y realizar el menor número posible de aplicaciones y a valorar la utilidad de nuevos medios de control mecánico basados en autómatas y análisis de imagen.
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