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«El día era excelente y el estado de la nieve excepcional para la práctica del esquí. Un día perfecto». De este modo resumía el alcalde de Valdelugueros, Emilio Orejas, el estado de las pistas de la estación de San Isidro en la jornada de ... este miércoles.
Tan excepcional que los esquiadores, un número muy reducido para la capacidad que ofrece la estación, podían alcanzar grandes velocidades en sus descensos. «Lo que sucedió es improbable, pero no imposible», también se ha advertido desde la propia estación.
Los accidentes por impacto directo entre dos esquiadores son relativamente usuales, pero sin llegar a la extraordinaria gravedad del sucedido en la estación leonesa.
Daniel Rodríguez, empresario hostelero y hotelero de la localidad de Guardo, había acudido a la estación acompañado de su hija y un grupo de amigos. Era un habitual de San Isidro y de Fuentes de Invierno.
En detalle
En esta jornada, según el primer informe provisional, el fallecido descendía entre las pistas de Gran Cañón y Los Sentiles, en el área de Cebolledo. Se trata de dos pistas de color rojo, para esquiadores de buen nivel, con descensos que pueden llegar al 40% y que cuentan con un punto de enganche.
En ese terreno, tan dado para los expertos, tuvo lugar el brutal impacto. Ambos esquiadores contaban con casco de protección. Eran las 10:40 horas y un minuto después, el 112 recibía la primera llamada sobre el suceso. Para entonces la situación de Daniel Rodríguez, de 56 años, ya era crítica. Tan comprometida que de inmediato se activó el helicóptero medicalizado, equipos de rescate, los servicios médicos de la estación y los asistenciales de las localidades más próximas.
Durante una hora se realizaron maniobras de reanimación con un resultado 'negativo' mientras se estabilizaba a un segundo esquiador antes de ser derivado al Hospital de León por vía aérea.
El fallecimiento de Daniel Rodríguez ha provocado una enorme consternación en Guardo, donde era muy conocido por su actividad comercial, y traumatizó a su grupo de amigos empeñados en arropar a la hija del esquiador.
«Es una verdadera lástima perder a una persona tan afable como Dani, muy conocida por su negocio de hostelería y por estar siempre vinculado a esta tierra y más de una forma tan trágica e inesperada. Siempre se le recordará por su amabilidad, su saber hacer en la hostelería y por su afición a la montaña», expresaba el día del accidente el alcalde de Guardo, Juan Jesús Blanco, compartiendo un sentir generalizado de los vecinos por una familia arraigada y emprendedora de Guardo.
Mientras, en el Hospital de León, el segundo esquiador de 43 años presentaba diferentes lesiones por traumatismo craneal y torácico con «pronóstico reservado». Su evolución en las primeras horas es favorable dentro de la gravedad, pero se espera una evolución positiva.
La Diputación de León se ha sumado a las condolencias por el accidente en San Isidro al mismo tiempo que se elabora un informe sobre lo sucedido, un accidente marcado por el infortunio en una estación que se esmera en el cumplimiento de las medidas de seguridad.
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