Iruela urge a la Junta la reparación del área de descanso

Actualmente esta área de descanso, creada hace 20 años con motivo del cambio de trazado y pavimentación de esta vía, se encuentra en un estado de abandono absoluto, que anula su utilidad y supone un riesgo para los posibles usuarios y los vecinos de Iruela.

Se trata del único área de descanso es el único en todo el trazado de la carretera LE-126 por la comarca de la Cabrera alta. Por tanto, según señalan a través de un comunicado, su gestión debería ser prioritaria más aún cuando el espacio podría ser utilizado por los vecinos de la localidad.

Durante la última revisión realizada en abril de 2017 se pudo constatar que el área de descanso está completamente inutilizable, con la vegetación que se ha adueñado por completo del espacio, a lo que se suman las escobas, codesos y zarzas de más de un metro de altura que impiden el paso e inutilizan las infraestructuras.

Las mesas, continúan en el comunicado, construidas con hormigón, pizarra y ferralla de hierro además de estar rodeadas o casi cubiertas por la vegetación están muy deterioradas, ya que han perdido las losas de pizarra que las cubrían, dejando al descubierto su esqueleto.

Además no hay sombra natural o artificial que cubra al menos alguna de las mesas. Los árboles que se plantaron cuando se habilitó el área de servicio se han perdido ante la falta de riego y mantenimiento, o han sucumbido ante el resto de la vegetación.

A ello se suma que las papeleras que se instalaron están rotas o repletas de basura sin recoger desde hace años, en las que hay objetos oxidados y vidrio. Esto supone un riesgo tanto para las personas que visitan el área de descanso, como para el medio ambiente, dada la acumulación de basura y la probabilidad de incendio. Tampoco hay ninguna fuente para saciar la sed de los viajeros pese a que sería factible habilitarla por la proximidad del manantial del arroyo del Valle.

Dada esta situación, desde la Asociación El Cabezo, con el apoyo de la Junta Vecinal de Iruela, solicitan a la Junta de Castilla y León que tome conciencia de la necesidad de conservar y mantener estas instalaciones, ya que es su responsabilidad.