aida collado
Lunes, 3 de abril 2017, 11:56
La concesión del Gobierno de Mariano Rajoy a Foro para instalar vías de ancho internacional -las necesarias para la llegada del AVE a Asturias- en la variante de Pajares, después de que el partido asturiano amenazase con no apoyar los presupuestos estatales de los populares, ... no ha podido sentar peor al Ejecutivo asturiano. Este cambio de criterio supone, según la consejera de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, Belén Fernández, «un error histórico y un mazazo para el futuro económico» de la región. La renuncia al ancho ibérico -el que defiende el Principado- y la apuesta por el ancho internacional significa, a su juicio, «que esta gran infraestructura va a estar constreñida exclusivamente a su utilización por viajeros». Fernández asegura que las mercancías «no van a poder utilizarla para entrar y salir de Asturias» y, en definitiva, que la economía regional «va a depender de una rampa de Pajares que acumula ya 130 años de antigüedad».
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Tampoco está contenta con el compromiso de invertir 145 millones en dicha rampa porque, a pesar de lo elevado de la partida, «solo va a suponer parchearla, porque hablamos de una infraestructura muy antigua, muy deteriorada, que lleva muchos años sin un mantenimiento integral y que va a requerir inversiones importantes y frecuentes para mantenerla en un estado absolutamente básico, si no precario».
Belén Fernández no pudo expresarse con más claridad. Tachó de «despilfarro de dinero público» la nueva hoja de ruta. «Nos hayamos ante una infraestructura en la que se han invertido más de 3.000 millones y merece optimizarse. Sin embargo, el ministerio opta por desaprovecharla, limitándola en exclusiva a los viajeros que no representan ni siquiera la mitad de los tráficos ferroviarios de la comunidad», argumentó. Además, la consejera criticó que, en lo sucesivo, habrá que mantener y conservar «no una sino dos infraestructuras ferroviarias para comunicarse con la meseta», en referencia a la actual rampa de Pajares y a los nuevos túneles.
El Gobierno asturiano carga de este modo contra el PP por claudicar «a un dañino pacto con Foro» que, según añade Fernández, «nos aleja de Europa porque nos saca de la red básica transeuropea de transporte», que exige como requisito que puedan circular por los itinerarios ferroviarios de la región mercancías de 740 metros de longitud.
No es la única consecuencia grave que ve el Principado en la decisión de Rajoy: «Va a suponer también mayores retrasos en una obra por cuya apertura llevan años clamando los asturianos». Belén Fernández se mostró convencida de que el ancho internacional mermará la competitividad de la industria asturiana e impedirá el desarrollo del transporte multimodal en los puertos. «Seguir utilizando el trazado actual va a suponer mayor recorrido, mayor consumo de tiempo y mayor encarecimiento de los servicios, porque los transportes de mercancías se tarifican por kilómetros lineales», concluyó.
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Cruce de acusaciones
En la misma línea se manifestó el diputado nacional del PSOE por Asturias, Antonio Trevín, que tildó de «mala noticia» el retraso en los plazos de apertura de la variante. Una demora que atribuyó a «los amores reñidos entre PP y Foro, que de nuevo se vuelven como un bumerán contra los asturianos». Descarta que pueda entrar en funcionamiento en la segunda década del siglo y lamenta que los cambios que había introducido en el proyecto ferroviario la ministra Ana Pastor desde 2012 se «evaporen para mantener la paz en la coalición electoral entre Foro y PP». Esas modificaciones que se referían al ancho ibérico y a la puesta en marcha en una primera fase de solo uno de los túneles para acelerar la inauguración, duda ahora, «eran cambios necesarios para agilizar la variante o simples excusas de gobernante mal pagador pero experto en excusas para justificar su incompetencia».
Estas declaraciones colmaron la paciencia del diputado de Foro en el Congreso, Isidro Martínez Oblanca, quien cargó contra Trevín, «que ya votaba contra la variante en 1995 como presidente del Principado y que representaba al Gobierno en 2010 cuando sus compañeros inauguraron el 'fondo de saco' de la estación de León», por lo que «no tiene ninguna credibilidad para hablar de retrasos o incumplimientos». Fue más allá y acusó a los socialistas asturianos de estar «obsesionados con prostituir la variante de Pajares para que no tenga ancho internacional ni alta velocidad, en contra de lo que advirtió recientemente en el Congreso la comisaría europea de Transportes, Violeta Bulc, sobre la obligación de instalar ancho europeo en los accesos a los puertos». A Foro le indigna especialmente que se intente contraponer la llegada del AVE a la región a los intereses de la industria asturiana, más celosa del trafico de mercancías que del de pasajeros. En este sentido, el partido quiso recordar que el propio ministro Iñigo de la Serna dijo en el Congreso, cuando presentó su programa para esta legislatura, que las líneas ferroviarias convencionales que quedaban en desuso por la puesta en servicio de la alta velocidad se potenciarían para el tráfico de mercancías.
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El PP asturiano prefiere esperar a que el martes se presenten los presupuestos generales en el Congreso antes de pronunciarse. Recuerda, en cualquier caso, que se trata de una actuación recogida en el programa electoral.
Podemos concede en su primera lectura de lo ocurrido que «Cascos ha sacado más partido a su único diputado en Madrid que la consejera a su rimbombante alianza social y que Ciudadanos a sus 32 escaños». Pero no cree que eso sea ninguna buena noticia para Asturias, que ve cómo «un capricho personal de Cascos se impone al sentido común», porque, en opinión del diputado Héctor Piernavieja, «quienes siguen creyendo que un AVE en cada casa es sostenible comprometen la economía futura». Sí recibió con satisfacción la inversión para la rampa de Pajares, que por su valor patrimonial y estratégico, «sigue siendo necesaria».
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Por su parte, Gaspar Llamazares cree que el cambio de rumbo no añade nada a la obra, «salvo más demora y presupuesto, al tiempo que se deja sin resolver el transporte de mercancías». Coincide con el Principado en que se trata de un «despilfarro» y siente que hasta ahora se acumulasen demoras «por excusas presupuestarias o dificultades técnicas y ahora el retraso vaya a ser por un quítame allá ese ancho de vía». El diputado de IU define la decisión gubernamental como «el veto de la obsesión que ya conocemos hace tiempo de Cascos, que quiere quedar para la posteridad». Dicho de otra forma, que «las filias y las fobias se anteponen a los intereses». Aunque esto último, en realidad, es de lo que se acusan ambos bandos.
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