El obispo de León, Julián López, presenta al clero de Zamora la tercera edición del Misal Romano

Monseñor López Martín, nacido en Toro (Zamora), en 1945, fue ordenado presbítero de la Diócesis de Zamora en 1968. Es doctor en Teología Litúrgica e impartió esa materia en la Universidad Pontificia de Salamanca. Fue ordenado obispo en 1994, tomó posesión de la sede episcopal de Ciudad Rodrigo (Salamanca) y es el máximo representante de la Iglesia en León desde 2002. «No es un nuevo Misal, sino una nueva edición del Misal Romano promulgado por el papa Pablo VI, la tercera en lengua española», señaló Julián López.

Después de cuatro siglos del Misal que propuso el Concilio de Trento, Pablo VI publicó el nuevo Misal como «elemento fundamental» de la recepción del hasta ahora último Concilio de la Iglesia, el Vaticano II. El ponente explicó que, en España, la edición de este último Misal conoció «como algo provisional» una primera edición en dos volúmenes en 1971 y 1972.

La segunda edición oficial en lengua española fue publicada en 1978, con una reforma en 1988 que introdujo el texto del padrenuestro y el Ordinario de la Misa unificados. Tras la tercera edición típica latina, promulgada en 2002 por Juan Pablo II y con reimpresión de 2008, la traducción castellana salió en 2016. «Es una renovación dentro de la continuidad del único sujeto, la Iglesia, que el Señor nos ha dado. Esta Iglesia crece en el tiempo y se desarrolla, pero permanece siendo la misma, como pueblo de Dios en camino», aseguró. «Hoy, en 2017, estamos en un nuevo paso de la renovación litúrgica del Concilio Vaticano II, que tuvo una incidencia muy grande en la vida de la Iglesia», agregó.

La nueva edición, que se comenzará a utilizar el próximo 5 de marzo, es también un Misal «al servicio de la fe eclesial y de la vida cristiana» y, según el obispo de León, su uso «puede condicionar la asimilación de la fe por parte de los fieles que participan en la celebración».

Por su parte, el vicario de Pastoral, Fernando Toribio, quien presentó la jornada en nombre del obispo de la Diócesis de Zamora, Gregorio Martínez, recordó la relevancia del Misal como «instrumento que se utiliza a diario en lo más importante de la vida de la Iglesia» y consideró que «se trata de una ocasión para renovar nuestra liturgia», en el sentido de lo que prescribió el Concilio Vaticano II.