El 'sediento' invierno en León

Todos y cada uno de ellos ha alcanzado mínimos históricos como consecuencia primero de las altas temperaturas que marcaron este otoño seguida por una sequía inusual gélido invierno. Y las cifras no engañan.

En la actualidad el Porma no supera los 100 hectómetros cúbicos a pesar de que el año anterior se situaba en los 179 y la media de los últimos diez años se sitúa en los 175. Situación similar la del pantano de Riaño donde con una capacidad para 651 hectómetros cuenta en la actualidad con 246 frente a los 392 de enero del 2016.

Situación que se repite en Barrios de Luna donde apenas alcanza el 24% de su capacidad con 78,9 hectómetros cúbicos frente a los 164 del año anterior y en el de Villameca que no supera los 3,5 hectómetros a pesar de que la media de los últimos diez años superó la decena.

Y es que según la CHD, la cuenca del Duero tiene una capacidad para 7.507 hectómetros cúbicos sin embargo en la actualidad el agua embalsada apenas alcanza los 3.469, es decir el 46%, frente a los 5.769 que se registraban por estas fechas el año anterior.

Sequía que también viven con intensidad los embalses leoneses de la cuenca Miño-Sil. Por ejemplo, el de Bárcenas está al 26,9% de su capacidad con 92 hectómetros cúbicos embalsados frente a los 224 que se registraban justo un año atrás. Lo mismo ocurre en el de Casares de Arbás que presenta un comportamiento mejor tras alcanzar un 35% de su capacidad.

Precisamente la sequía de algunos de estos pantanos, como el de Riaño y el de Bárcenas, ha dejado al descubierto algunos de los restos arquitectos de los pueblos que yacen bajo las aguas y que para los lugareños abren viejas heridas aún sin cicatrizar.

Una situación que ya se mira con cierto recelo en el campo leonés confiando en que las precipitaciones en forma de agua y nieve prevista para los próximos días se mantengan en el tiempo y reviertan la situación de sequía actual que viven los pantanos leoneses.