Lucía Ramos
Lunes, 12 de diciembre 2016, 11:54
Querían «disfrutar de una buena caminata» y conocer los montes de León, pero la aventura podía haber terminado en tragedia. El pasado jueves catorce estudiantes extranjeros que se encuentran cursando sus estudios en Gijón gracias a las becas Erasmus tuvieron que ser rescatados por efectivos ... de la Guardia Civil tras extraviarse mientras realizaban una ruta por el pico Susarón, ubicado en el municipio de Puebla de Lillo. Ya repuesto del susto, uno de los protagonistas de la historia, Alexander Erakhtin, relata su experiencia.
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El joven, que en la actualidad cursa sus estudios en la Escuela Politécnica de Ingeniería, recuerda cómo el grupo llegó «sobre las diez de la mañana» al poblado deshabitado de Camposolillo, donde dejaron sus vehículos para disponerse a iniciar la ascensión.
«No fuimos capaces de encontrar el sendero que pretendíamos tomar, así que decidimos improvisar», explica. Su intención, agrega, era subir casi hasta la cima del pico, a unos 1.878 metros de altitud, para rodearla hasta localizar sus coches y, entonces, descender. «Lamentablemente, cuando vimos los coches nos dimos cuenta de que el descenso iba a ser muy difícil, ya que el terreno era inclinado y rocoso», explica Alexander.
«Fue duro»
Pese a todo, el grupo decidió seguir con su plan e iniciar el descenso por la cara sur del Susarón, la más complicada de afrontar. «A pesar de que fue duro, pues algunos estaban asustados y cansados, continuamos bajando y ayudándonos unos a otros cuando era necesario. Llegamos al último tramo complicado justo antes de que oscureciera», relata el joven. En este punto, dos de los excursionistas tuvieron que ayudar al resto del grupo a descender. En ello estaban cuando dos chicas que ya habían bajado decidieron marcharse.
«Fue muy irresponsable, pero reaccionaron así debido al estrés emocional», apunta el joven. Por fortuna, agrega, aquel fue el último tramo difícil y pronto lograron reencontrarse con sus compañeras gracias a las linternas que portaban. «Cuando volvimos a estar todos juntos nos pusimos a buscar la carretera y fue entonces cuando nos encontró la Guardia Civil. No pasamos miedo, pero sí estrés», indica el estudiante. Dice que él y sus compañeros no llegaron a perderse. «Lo que pasó fue que algunos pensaron que no íbamos a poder superar el risco y pidieron ayuda».
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Actuación del Greim
Una apreciación, esta última, que no comparte Valentín Fernández, el vecino de Puebla de Lillo que ayudó a la patrulla de la Guardia Civil llegada desde Cistierna en las tareas de búsqueda. «Primero buscamos por la cara norte, que es por donde se sube, pero no encontramos ni rastro, así que se me ocurrió ir a mirar a Camposolillo y allí estaban sus coches», relata.
En ese momento se unió a la búsqueda el Grupo de Rescate Especial de Intervención en Montaña (Greim) procedente de Sabero. Poco después lograron dar con los jóvenes y les ayudaron a completar el descenso. «No sabían ni por dónde subieron, ni por donde bajaron, ni dónde estaban. Dieron más vueltas que las ovejas modorras», señala Valentín. La de estos universitarios, agrega, «fue una actitud muy irresponsable. Iban en playeros, chaquetina y mallas. Si no los llegamos a encontrar no hubiesen acabado bien, por la noche estamos alcanzando temperaturas bajo cero».
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